La cuenta regresiva debía detener su marcha, lo antes posible. La extensión en el tiempo de la sangría del medio llevaba a que el nuevo punto de equilibrio se encuentre demasiado abajo, y demasiado abajo es sinónimo de televisión barata.
El número del terror se clavo en 27.7 (al 30 de diciembre), así cerró el 2014, el encendido parece haber frenado su derrotero y parece haber. Dejado de perder televidentes. Entre 2004 y 2014 perdió 11,5 puntos aproximadamente, lo que representa a más de un millón de televidentes rutinarios, y solo en CABA y Gran Buenos Aires.
Es una buena noticia, siempre que se logre sostener en el tiempo y que no sea solo un respiro para tomar envión este año. Pero las cosas no suceden porque si o de manera casual, llegamos a donde estamos por el tremendo avance de la competencia que encontró a una televisión abierta relajada en su soberbia de creerse siempre la mejor.
Es el momento para las ideas y el trabajo, para las apuestas fuertes, osadas y creativas que vuelvan a crear en la gente la necesidad de prender la tele.
Comentarios de Facebook