
La retención de líquidos no es una enfermedad, pero en caso de sufrirla, no necesariamente significa que algo esté funcionando mal en tu organismo.
Esto podría deberse al padecimiento de alguna enfermedad subyacente, como también al embarazo o la menstruación.
Independientemente de la causa, si la retención de líquidos no es grave, puede ser disminuida cambiando algunas costumbres que tenemos en nuestra dieta.
Ahora aprenderás a disminuir la retención de líquidos con estos 6 simples consejos.
La retención de líquidos sucede cuando tu organismo acumula grandes cantidades de líquidos en tu sistema circulatorio, tejidos y cavidades.
Causa inflamación en manos, piernas, tobillos y pues y puede ser causada por diversos factores: embarazo, menstruación, síntomas de insuficiencia cardiaca y largos períodos de sedentarismo.
Cómo actuar si tienes retención de líquidos
Si la retención de líquidos sucede de forma inesperada e imprevista, causando hinchazón severa en distintas partes del cuerpo, es probable que se encuentre en presencia de una enfermedad grave. Debes acudir al médico de forma inmediata. Igualmente la retención de líquidos durante el embarazo tiene sus propias indicaciones.
Por el contrario, si la retención de líquidos aparece de forma progresiva y notas alguna inflamación en manos y piernas, podrías aliviarla cambiando algunos patrones alimenticios:
- Limita el consumo de sal
El sodio es uno de los componentes de nuestro cuerpo así como la sal, es necesario para lograr tener niveles estables de fluidos en las células.
Sin embargo, el consumo excesivo de sodio (sal), podría causar una acumulación de agua en el cuerpo.
Los alimentos procesados son muy ricos en sal, motivo por el que podrías comenzar a reducir su consumo y así notarás rápidamente una mejoría sobre la retención de líquidos.
- Come más alimentos ricos en potasio
El potasio es un mineral que se encuentra en alimentos como los plátanos, aguacates o tomates.
Entre las funciones que tiene, se encuentran las de colaborar con la producción de proteínas, la regulación de la actividad eléctrica del corazón y la metabolización de los carbohidratos.
Pero hay aún más.
El potasio aumenta la micción y reduce los niveles de sodio, lo que significa que contribuye con la eliminación del exceso de líquidos en el organismo.
- Aumenta la ingesta de magnesio
El magnesio es otro mineral que posee una gran cantidad de funciones en el organismo: mantiene la estabilidad de los latidos del corazón, garantiza la fortaleza del sistema óseo, asegura el funcionamiento de los nervios y músculos y regula de igual manera la glucosa en la sangre.
Y según diversas investigaciones, el consumo diario de 200 mg de magnesio colabora con la disminución de la retención de líquidos que provoca el síndrome premenstrual.
- Reduce los hidratos de carbono refinados
Los carbohidratos refinados son carbohidratos procesados que durante su procesamiento ha perdido la mayoría de sus nutrientes. De hecho, se les considera calorías vacías.
Estos alimentos tienen un alto índice glucémico, lo que causa picos en la glucosa en la sangre y aumentan la producción de insulina.
Cuando la insulina se ve incrementada, los riñones reabsorben el sodio y aumentan los niveles de líquidos en el cuerpo.
Por ello, evita los azúcares y cereales refinados.
- Consume más vitamina B6
Existe mucha evidencia científica que relaciona el consumo de vitamina B6 con la retención de líquidos que frecuentemente es asociada con el síndrome premenstrual.
¿Qué tipo de alimentos contienen vitamina B6?
El atún, la linaza, el ajo, el hígado y los pistachos son algunos de esos alimentos.
- Toma extracto de diente de león
Un diurético natural es el extracto de diente de león que aumenta la producción y excreción de orina, colaborando así con la reducción sobre la retención de líquidos.
Según una investigación, 3 dosis diarias de extracto de hoja de diente de león aumentan notablemente la micción en los días posteriores a su consumo.
¿Sufres retención de líquidos? Ya puedes solucionarlo de forma sencilla y natural sin salir de tu casa y sin tener que comprar algún medicamento.
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