
Carlos Monzón fue sin dudas uno de los grandes boxeadores, sino el mejor que dio este deporte a nuestro país. Su máximo logro fue alcanzar el título de campeón mundial de la categoría mediano, entre los años 1970 y 1977, manteniendo con éxito la corona.
Para muchos es junto con Roberto De Vicenzo, Diego Maradona, Juan Manuel Fangio, Guillermo Vilas, Emanuel Ginóbili, Hugo Porta y Luciana Aymar de los mejores deportistas argentinos de la historia.
Sin dudas que su muerte hizo convertir al héroe deportivo en el mito viviente y desde el 8 de enero del 95 entró en los libros de historia como otra persona amada por todos los argentinos que terminaba con su vida tráficamente. Antes de esto existió una gran persona y un gran boxeador.
Nació en la localidad de San Javier en la provincia de Santa Fe, el 7 de agosto de 1942. Era el quinto hijo de Amalia Ledesma y Roque Monzón, de orígenes humildes. Luego de abandonar la escuela primaria se dedicó a trabajar. Fue sodero, repartidor de leche, canillita y ahí llegó su interés por el deporte que lo llevaría a la gloria, el boxeo.
Después de entrenar durante mucho tiempo, tuvo su primer combate en una liga local amateur el 2 de octubre de 1959 y el 12 de diciembre de 1962 lograría entrar al profesionalismo en la categoría medio mediano.
Aquí comienzan muchas de sus grandes hazañas, entre las que no podemos dejar de mencionar su debut, con victoria por K.O ante Ramón Montenegro en febrero del 63. Más adelante, después de que lo detecten desde varios ámbitos relacionados al boxeo llegó su debut en el famoso Luna Park gracias al reconocido manager Juan Carlos Tito Lectoure. Las victorias en este velada hicieron que Tito se fijase en el en profundidad y lo convoque a varios eventos para posicionarlo dentro del deporte.
Las primeras derrotas llegaron entre 1963 y 1964 producto de su inexperiencia y la calidad de sus rivales. Todo cambiaría con la llegada del 65 y el 66, cuando después de grandes victorias, lograría la corona de los medianos de Santa Fe el 1 de febrero y más adelante, en septiembre del 66, obtendría el título de Campeón Argentino de Peso Mediano. Al año siguiente logró el Cetro Sudamericano de Peso Mediano.
En 1969 llegó el campeonato Sudamericano de los Medianos y la posibilidad de poder disputar el cinturón del mundo ante el ya reconocidísimo italiano Nino Benvenuti. Este sería uno de los combates más recordados de Monzón. Pelearían en el Palazzo Dello Sport de Roma el 7 de noviembre de 1970 y el argentino noquearía al campeón en el duodécimo asalto, obteniendo la corona mundial de peso mediano de la Asociación y el Consejo Mundial de Boxeo. A partir de ese momento hizo 14 defensas de su título contra los grandes boxeadores de la época, ganándolas todas hasta su retiro en 1977.
Luego su vida giraría por varios aspectos lejanos al boxeo. El cine y los amores lo consumieron. Llegó a ser pareja estable de Susana Giménez, luego de haber protagonizado juntos La Mary, una legendaria película argentina, donde ambos tenían un tortuoso romance. Tras un tiempo de relación se divorciarían en malos modos.
Más adelante llegarían las historias que nadie quiere escuchar. El abuso de las malas compañías y el alcohol lo alejaron del deporte y lo colocaron en las páginas de los policiales en todos los diarios del país.
Todo no terminaba ahí. Más adelante se casó con Alicia Muñiz, tuvieron un hijo y parecía que todo mejoraría en la vida de Monzón. Lamentablemente no pasó. El 14 de febrero de 1988 su esposa murió a causa de heridas recibidas producto de su caída desde el balcón de la casa que ocupaban en la ciudad de Mar del Plata, de la cual se acusó a Monzón de ser el responsable. El boxeador fue juzgado y declarado culpable en un juicio polémico y mediático. Fue condenado a 11 años de prisión por homicidio simple.
Acá comienza la tragedia y se da paso al mito. Las salidas transitorias le permitieron gozar de una mínima libertad. Logró trabajar y parecía encaminar su vida. En una de estas salidas sufrió un fuerte accidente automovilístico el 8 de enero de 1995, en la localidad de Los Cerrillos en la provincia de Santa Fe. Perdería la vida en ese mismo instante.
Todo el mundo del boxeo, el deporte y aquél que haya sabido algo de sus andanzas amorosas lo lloró. Queda para el tintero lo que siempre se dice de las personas que abandonaron este mundo, que era un gran tipo. Pero no sólo eso, sino que las personalidades que estuvieron a su lado a lo largo de su carrera siempre se esmeraron por destacar a la figura de Monzón.
Entre las personas que lo elogiaron y hasta lo visitaron en la cárcel se encuentran Alain Delon, Mickey Rourke y Nino Benvenuti, que fue uno de sus defensores más leales luego de la acusación de asesinato. Deportivamente, a la hora de su retiro tenía el récord de 99 peleas como profesional, con 87 ganadas (59 antes del límite), 9 empates y solo 3 derrotas. Pero seguro que en la vida fue un luchador, un peleador de mil batallas, que se chocó con la fama y dejó escrito para siempre el mito.
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