Ante el fusilamiento por la espalda de un joven en Baradero por parte de la policía, el diario de Fontevecchia publica en Policiales un minúsculo cuadro sin foto, donde sugiere que la víctima fue asesinada «por no llevar casco».
El asesinato por la espalda del joven Lucas Rotella en pleno centro de la localidad de Baradero por parte de un efectivo de la Policía Bonaerense, en otro caso de gatillo fácil, pone también en evidencia la posición ideológica y editorial de la gráfica nacional al cubrir este tema. Al respecto, un diario que sale solamente los sábados y domingos, como Perfil, publica en la página 53 de su sección de policiales: “Matan a un joven por no llevar casco”, acompañado de la volanta “Gatillo fácil en Baradero”. Lo primero que se puede destacar es el espacio que ocupa la nota: un minúsculo cuadro que quizás abarque la octava parte de la página. En segundo lugar, llama la atención que la nota ni siquiera lleva foto, restándole entidad a la víctima. El cuadro en cuestión tampoco lleva firma, o por lo menos las iniciales del autor, y simplemente se consigna “agencias” sin especificar cuál. No hay declaraciones de los familiares o vecinos, sólo se citan “fuentes policiales” como los dadores de la información. El encabezado de la nota también es elocuente: “Un joven de 18 años que manejaba una moto fue baleado por un policía luego de escapar de un control policial en la ciudad bonaerense de Baradero, y murió horas más tarde a raíz de las heridas recibidas”.
Rotella no murió “a raíz de las heridas recibidas”. La policía lo mató a balazos. Con esa oración, se busca “invisibilizar” al autor, la Bonaerense. Las causas del fusilamiento por la espalda de Rotella aún no están claras, pero Perfil se apresura a difundir la versión policial: “Fuentes policiales indicaron que Lucas Rotella, de 18 años, habría esquivado el control que estaba instalado en el lugar porque no llevaba colocado el casco reglamentario”. Además del siniestro motivo alegado por los uniformados, llama poderosamente la atención que Perfil haga suya esa versión. Y es más notorio, cuando en el resto de las páginas de policiales se le dedica toda una página a “La historia de la bailarina del caño que quiso robar un Picasso” (p. 52), con una foto de la modelo en bikini más adecuada a la sección “Protagonistas” que a policiales. Sobre la minúscula nota que dedican al crimen en Baradero, en la misma página 53 hay otra, con foto, con el siguiente título: “Le pegan un tiro en la cabeza a un hombre para sacarle 20 mil pesos”. Aquí el periódico no escatima dureza al expresar lo ocurrido. Se acentúa el contraste entre el “matan a joven” en el título de Baradero, con el “le pegan un tiro en la cabeza a un hombre” sobre un crimen ocurrido en Ituzaingó en un hecho de inseguridad. Entonces, se invisibiliza a los autores de los casos de gatillo fácil (la policía) y se minimiza su manera de matar.
La conclusión se refuerza con las coberturas de los otros diarios. Hasta el hegemónico Clarín no elude el tema: “Un policía asesinó por la espalda a un joven en una plaza de Baradero”, titula con una nota que ocupa casi toda la página 70, con la foto del joven asesinado incluida. “En un episodio todavía muy confuso, un policía mató de un balazo por la espalda a un joven de 19 años”, publica el diario de Magnetto. La Nación tampoco desvía la mirada, y en la página 29 destaca: “Mataron a un joven por la espalda”. En la volanta menciona “Otro episodio de exceso policial” (es el término utilizado por el diario de Mitre para designar el gatillo fácil). La cobertura ocupa la mitad de la página e incluye foto. Página/12 remarca “Otro caso de gatillo fácil en Baradero”, con cobertura más de media página y foto, y en la tapa del diario destaca: “Muerto por la espalda”. Más allá del caso, Miradas al Sur sale con una cobertura especial sobre la Policía Bonaerense desde las páginas 2 a 5, y en tapa titula: “La máquina de matar”.
Por eso, en el caso de Perfil, que la foto de una mujer en bikini, típicas de las revistas del corazón, desplace al gatillo fácil, evidencia la invisibilización de los victimarios -la policía-, y que se vuelva casi anónima y sin rostro a la víctima, un joven pobre del Conurbano Bonaerense. Este hecho comprueba la complicidad y la clara posición ideológica: complicidad con los victimarios y una ideología que implícitamente aprueba este tipo de actos desde la “mano dura” y una extrema derecha farandulesca.
Fuente: Tiempo Argentino
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