Mañana viernes a las 17 hs, el reconocido padre Ignacio Peries, el cura sanador de Rosario, estará oficiando misa en nuestra ciudad, la misma debido a la amplia convocatoria se llevará a cabo en el anfiteatro donde se espera un lleno total.
Por una gestión del Secretario de Culto de la Nación, el baraderense Guillermo Olivieri, que expresó conocer al padre y que el mismo le dijo que le gustaría venir a Baradero, casi milagrosamente en una semana en la que todos estamos golpeados por la muerte de Lucas Rotela, llega como una bendición el Padre Ignacio, alguien que rara vez se va de su parroquia, ubicada a las afueras de Rosario, pues no da abasto para atender las miles de personas que se acercar para ser bendecidos o curados con la imposición de manos.
(Cita: Nota perfil.com) Si bien durante semana santa la cantidad de gente que se acerca a él supera las 150.000, todos los días llegan a Rosario miles de fieles para verlo. Este fenómeno llevó al padre y a sus colaboradores a organizar la Parroquia como si se tratara de una empresa o una oficina pública.
Cada persona sólo puede llevarse un bidón de agua bendita. Las mujeres tienen su momento exclusivo el segundo miércoles de cada mes a las 19. Los hombres, el primer martes y los más jóvenes, el último jueves. Así, todos tienen asegurada su presencia. Es que conseguir un lugar privilegiado en la parroquia no es tarea sencilla. Los fieles colman, en cada misa, el salón principal.
La parroquia cuenta también con una prolija y moderna página de internet: http://www.natividad.org.ar En ella se consignan los horarios de las misas, las actividades y hasta puede consultarse un mapa de la ciudad de Rosario en el que está marcada su ubicación.
Es muy corriente encontrar, en determinado momento de la celebración, a todos los presentes con las manos apuntando al cielo. Algunos muestran fotografías de familiares que no pudieron acercarse, estudios médicos, boletines de calificaciones o libretas universitarias o simplemente, sus celulares, para que alguien que no está presente pueda gozar también del privilegio de ser bendecido.
El poder de convocatoria del padre es tan grande que en las líneas de colectivos que en su recorrido llegan hasta la parroquia lo explicitan con un cartel que dice » Padre Ignacio «. Su fama de sanador trascendió ya las fronteras y los vecinos del barrio aseguran que cada semana se acercan cientos de personas de otros países que viajan sólo con la intención de verlo.
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