“El viernes yo estaba trabajando con los bomberos, y recibo un mensaje que decía: “se están por robar un bebé”. Así comienza el testimonio de Daniel Buey, colega de nuestra ciudad que, según dice, hace un tiempo se está dedicando a investigar algunos casos de niños que son desprendidos de su madre y dados en adopción. Este es el caso de Elizabeth Zurita, una madre de 23 años a quien le quitaron sus hijos en más de una ocasión por declararla “insana”, para darlos en adopción a alguna que otra familia.
El 25 de abril de este año nació Laura Gabriela. A las semanas ya no estaba con su madre biológica, sino que la dieron en adopción a una familia baraderense. A esta otra familia lo único que le importó fue llevarse la beba, al igual que la jueza que permitió este acto; se nota claramente que la balanza está inclinada con todo su peso hacia un mismo lado. Daniel nos relata que cuando él le preguntó a una médica responsable en el hospital sobre el tema, lo que le dijo fue que desconocía el caso, pero después esa misma persona llamó al hospital para que “aunque sea le saquen la beba por la ventana”.
Contradicciones, jugadas sucias, mucha tripa, poco corazón. Muy poco eso de ponerse en los zapatos del otro. ¿Por qué Elizabeth está insana? Todavía no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que ella estando embarazada a veces dormía en el cementerio y que debido a esto una familia la recogió y le dio reparo en su hogar, es decir, a Eli la “adoptó” una familia mientras ella gestaba su criatura. En consecuencia, Eli estaba contenida y protegida, al igual que su bebé.
Pero parece que la justicia es a veces tuerta, en otros casos ciega, y en el peor de los casos, sorda y muda.
“Por parte de los abogados, del Estado, cuando les pregunté por el caso se borraron todos olímpicamente. ¿Por qué no la cuidaron a Eli? En un par de horas me he dado cuenta de que hay una estrategia muy buena, de hablar que este es un tema muy complejo, quieren volver de cosas para atrás, creo que van a querer tapar lo que nunca hicieron una vez que se lo descubrió. Me duele decirlo pero Eli me parece que para ellos es una fábrica de criaturas”, sentencia Buey.
Me da frío pensar, imaginar a la mamá sin su bebé otra vez, imaginar a la familia adinerada llevándose a la criatura; me da frío figurarme a los médicos en complicidad vaya a saber uno con qué o quién, me da frió y me hace pensar en el color verde militar.
Por Ve Moretti
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