A raíz del incendio en el que fallecieron dos pacientes, queda otra vez en evidencia el abandono que padece el centro psiquiátrico que alberga a 720 personas. Entre otros problemas, hace más de un mes que no tiene gas. Quejas del personal.
dos pacientes muertos tras el incendio en el Hospital José T. Borda vuelven a poner en el centro de la escena al centro psiquiátrico de Barracas. Si bien aún se desconocen las causas de este hecho particular, lo que sí está en el tapete desde hace mucho tiempo es la ausencia de soluciones del Gobierno de Mauricio Macri a los reclamos edilicios de los trabajadores de la institución.
Desde hace 40 días, el problema cotidiano al que se enfrenta la comunidad del Borda es la falta de gas en los todos los pabellones. Marchas a la Jefatura de Gobierno, paros y otras medidas de protesta realizaron en conjunto empleados e internos, pero aún no han tenido respuestas.
“Estamos cansados del gobierno macrista. Ningún pabellón tiene gas, no hay voluntad política”, denunció hoy por CN23 la delegada de ATE y empleada del centro de salud, Silvia Painseira.
Por su lado, Alejandro Jorge, representante de Asociación de Médicos Municipales, sumó a este reclamo otro inconveniente: la insuficiencia de la red eléctrica -lo que dificulta la calefacción con sistemas alternativos-. «Además el tendido eléctrico no resiste el consumo para conectar estufas o termotanques eléctricos, el otro día estuvimos cinco horas sin luz en la guardia», había informado hace una semana el profesional.
También Rodolfo Arrechea, secretario general de ATE, reclamó que el Gobierno de la Ciudad «está aplicando un modelo de vaciamiento, de achicamiento de camas y transferencia de pacientes» y que «en los últimos cuatro años el presupuesto destinado a la salud bajó drásticamente».
Para el psicólogo, ex diputado nacional y autor de la Ley Nacional de Salud Mental, Leonardo Gorbacz, “el abandono de los hospitales psiquiátricos Moyano, Borda y Tobar García es la vía brutal que tomó Macri para desocupar los terrenos y poder utilizarlos, según se sospecha, para algún tipo de negocio o para reubicar edificios públicos”.
“Primero presentó un proyecto de inclusión y desmanicomialización que era un mamarracho. Cambiaba los grandes manicomios por unos más pequeños”, explicó a ElArgentino.com el especialista en salud mental y agregó: “Esa era una vía sutil para quedarse con los terrenos y como no lo logró ahora apela a la vía brutal”.
El creador de la nueva Ley de Salud Mental, la cual prohíbe la construcción de nuevos manicomios, sostuvo que al fin de este sistema no se arriba “cerrando la llave de gas o creando otras instituciones iguales pero más chicas, sino que se trata de un proceso lento con alternativas de inclusión social para los pacientes como atención en hospital general, centros de día, cooperativas de trabajo, casas de convivencia, etc.», consideró Gorbacz.
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