El cóndor centenario y un general perdidoso
El principal paseo de nuestra ciudad, la actual Plaza Mitre, nació con el nombre de Plaza Constitución, en homenaje a la carta orgánica del año 1853 a la que se llegó luego de tanta sangre derramada.
Nuestra pirámide, réplica de la de Plaza de Mayo, y el cóndor de metal, símil de aquel que acompañara a trayectoria andina del ejército libertador comandado por el General José de San Martín, fueron colocados en la plaza cuando aún conservaba su nombre primitivo, pero ocurrió que en ocasión, si no nos traiciona el recuerdo, de cumplirse el centenario del nacimiento del Gral. Bartolomé Mitre, una oleada de mitrismo, a la que no fue ajena el diario La Nación, recorrió el país entero y así fue como no existe hoy casi ninguna localidad argentina en la que no haya algo que lleve el nombre del gran perdedor de batallas y vencedor de Pavón (única contienda que ganó… porque el bando contrario abandonó el campo de batalla).
Es más que probable que por la época en que se adoptó la decisión de cambiarle nombre a la plaza, muy poco se sabía acerca del verdadero papel jugado por Mitre en nuestra historia. Alberdi era reconocido y respetado por sus “Bases…”, pero acerca de su libro “El crimen de la guerra”, en el que desnuda la actuación del “prócer”, casi no se hablaba y mucho menos se lo editaba.
Con el tiempo, los historiadores revisionistas provenientes de todas las vertientes, enjuiciaron severamente a Mitre y revelaron que el mentado político, militar y periodista, no era como nos lo había contado la historia, precisamente esa que escriben los que ganan, sino que su actuación durante la guerra del Paraguay fue repudiable. Que participó de la Batalla de la Vuelta de Obligado, pero en el bando invasor ya que iba en uno de los buques extranjeros en calidad de invitado. Que fue el principal impulsor del capital inglés en nuestro país y declarado enemigo de José Hernández quien le hizo llegar un ejemplar de su obra con la siguiente dedicatoria: “Durante toda mi vida he sido su opositor, cosa que no muchos pueden decir”. No sabemos si lo decía porque la mayoría se había dado vuelta o porque no vivían para contarlo.
Desde hace un tiempo, el escritor e historiador Osvaldo Bayer, propone que sea eliminado el nombre del Gral. Roca de todas partes. Lo llama genocida, asesino de indios y otras lindezas por el estilo. Oculta, creemos que sin mala intención, muchos de los aciertos que tuvo el general tucumano dos veces presidente de República, pero más allá de esto, llama poderosamente la atención que, si se busca justicia y reparación histórica, no se haya pedido que se haga lo mismo con Mitre que, al igual que Roca, está en los billetes de dos pesos circulación y tiene calles y monumentos por todas partes.
Sabemos que la cuestión aquí planteada producirá escozor y discusiones, pero es eso precisamente lo que queremos generar para que surja la luz, aunque si por nosotros fuera, la Plaza debiera llamarse Constitución y dejar a Mitre para el elogio del diario que don Bartolo fundara a los fines, según sostenía Arturo Jauretche, de que siempre lo defendiera, cosa de la que el nombrado Bayer parece haber tomado debida nota.
G. M.
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