Por Rodrigo Hermo*-En reportaje de radio diferente el intendente Aldo Carossi, nos decía lo siguiente:
“los recursos genuinos del municipio más la coparticipación sólo alcanzan para pagar sueldos e insumos del municipio y que si no fuera por los aportes de la Provincia y la Nación no se podría hacer nada”…“Lamentablemente no estamos en un estado de madurez política como para que los recursos que le lleguen al municipio sean independientes del color político e independientes de las relaciones, todavía a la política argentina le falta mucho para llegar a eso que es lo que corresponde, y hoy la vida de relación en lo político hace que seas exitoso o no seas exitoso. Yo he estado siempre donde tenía que estar, no he traicionado a nadie y eso en algún momento da sus frutos”.
Las primeras preguntas que me surgen son: ¿Qué pensarán los otros candidatos a intendentes y concejales cuando escuchan estas declaraciones? ¿A dónde van a parar todas las ilusiones de transformar algo para lograr el bien común? ¿Con qué ganas van a salir a hacer campaña?
Pero por suerte los argentinos aprendimos a leer de otra manera los mensajes, sabemos que hay, indiscutiblemente, que estudiar cualquier nota ya que los medios no son “confiables”, de este aprendizaje se desprende esta humilde nota.
Cuántas malas noticias, no hay recursos en la municipalidad, no tenemos ni en la nación ni en la provincia políticas de distribución basadas en la necesidades más elementales de los pueblos, en programas de políticas públicas que persigan un bienestar de sus ciudadanos, en trabajar en prevención, en desarrollo, etcétera. Pero lo más triste es que los funcionarios han resuelto que los municipios no sean capaces por sí solos de llevar adelante ninguna política, por ende no envían recursos, sino más bien que ellos, desde sus despachos en las ciudades de La Plata y de Buenos Aires, disponen de los recursos del Estado! Y el criterio de distribución es el COLOR POLITICO y LAS RELACIONES con quienes están al frente de los ejecutivos municipales. Y si, por las dudas, alguien no le creyó a nuestro intendente, se pudo corroborar tal cual él nos lo indicó en la plaza de nuestro pueblo el día de nuestro cumpleaños, cuando observamos el reparto de fondos que dejó la visita de Alicia Kirchner.
No sé a ustedes pero a mí me corre un escalofrío por el cuerpo, porque a esta altura de desarrollo que debería tener nuestra democracia estas cosas no tendrían que existir, correspondería que los políticos se avocaran a defender la democracia y no a permitir estos atropellos.
La otra noche estaba compartiendo una charla con un operario de Toyota, a quien en este momento le toca hacer muchas horas extras, lo cual le mejora sustancialmente su sueldo y, por ende, le corresponde pagar impuestos a las ganancias; sumado a los impuestos al consumo que pagamos él y todos los ciudadanos, pensé: ¿Qué derecho tienen estos funcionarios de turno a repartir el fruto de nuestro trabajo arbitrariamente? Entonces sentí que a esta persona y a muchos como él les metían la mano en el bolsillo, no para devolverle su esfuerzo en políticas de salud, de educación, de justicia o de seguridad, sino para usarlo en pos de campañas políticas como la que estamos viendo hoy, que tiene como fin real perpetuarse en el poder.
Tan simple, tan elemental, tan real, ni de izquierda ni de derecha, con sentido de lógica, con sentido de respeto y con sentido cívico. Me parece que es hora de que le exijamos a nuestros funcionarios: ¡QUE CUIDEN LOS RECURSOS DEL ESTADO QUE JUNTAN CON EL ESFUERZO DE TODOS!
*El autor es licenciado en administración y estudiante de la maestría de ciencias políticas de la universidad nacional de La Plata
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