Lo encontraron rayado, quebrado, sucio y abandonado en un galpón donde se construye un complejo deportivo.
Fueron varias semanas en desuso y búsqueda y finalmente encontraron el arco que Boca le regaló a Martín Palermo por su retiro.
El semanario Democracia, que salió este martes, mostró las imágenes del arco: rayado, quebrado, sucio y abandonado en un galpón donde se construye un complejo deportivo.
Así describe el regalo que la gente de Boca decidió entregarle a su ídolo cuando se retiró de su carrera como futbolista. La plaqueta que lo distingue tiene el escudo del Club Atlético Boca Juniors y el nombre del goleador.
Según se afirma, es casi imposible distinguirlo cuando se ingresa en el tinglado donde la estructura de hierro descansa, lejos ya de los gritos de gol que tantas veces disfrutaron los hinchas Xeneizes en épocas que el delantero marcaba sus goles. Hoy, está cubierto de polvo, tiene elementos de construcción tirados encima, y se convirtió en un invitado de lujo de los trabajadores del depósito, que deben esquivar el arco lo más que puedan.
Se sabe que el presente, de 2,44 metros de alto y 7,31 de largo, no cabía en su departamento ubicado en el barrio de Belgrano, de Capital Federal. Luego del homenaje en la Bombonera, permaneció por unos días en el estadio mientras el goleador intentaba decidir qué hacer con el mismo.
Más de quince personas fueron necesarias para bajar del flete el obsequio y llevarlo hasta el fondo del galpón de materiales donde todavía se encuentra.
Uno de los obreros que estuvo ese día y actualmente sigue trabajando con las tareas del predio, de nombre Jonathan, dijo a Democracia que «pesaba como una tonelada. Nosotros lo miramos todos los días. Una vez que no estaba el jefe pensamos en levantarlo y patear un par de veces, sacarnos unas fotos. Yo si fuera Palermo se lo hubiese cambiado por un Porsche».
Las autoridades del complejo aseguraron que en los próximos días el regalo de Palermo será llevado a refaccionar: «Vamos a volver a pintarlo, limpiarlo y lustrarle la plaqueta, que también está dañada».
Fue el 12 de junio, luego del empate en 1 ante Banfield, cuando todo el estadio de Boca Juniors se emocionaba al despedir al Titán que marcó 129 goles y se convirtió en el quinto goleador histórico del fútbol argentino con la camiseta Xeneize. En su carrera llegó a 227 gritos. Esa noche, ahogado por las lágrimas, Martín dijo que dejaba en ese arco muchos recuerdos.
Según contaron a “Democracia” los encargados de la obra donde está tirado el arco, Gabriel, hermano de Martín, sería socio del dueño del club Mantego. Esa sería la razón por la que se eligió temporalmente el depósito para guardar el regalo que recibiera el delantero estrella de Boca.
26noticias.com.ar
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