El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, advirtió que el secuestro y posterior asesinato de la pequeña de 11 años no fue un crimen más que se pueda considerar de inseguridad ciudadana.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, advirtió hoy que el crimen de Candela Rodríguez, la pequeña de 11 años que fue encontrada asesinada nueve días después de haber sido secuestrada cerca de su casa del distrito bonaerense de Hurlingham, «no es un hecho común».
El funcionario también se quejó por la «sobreexposición» y la «multiplicidad de voces en torno al caso», que a su juicio termina por «ensuciar el camino de la investigación» y conspiró contra el hallazgo de la niña mientras era mantenida cautiva.
«Estamos en presencia de un hecho fuera de lo común, que no tiene nada que ver con lo otro, si es que ha sido un secuestro común. No ha habido pedido de rescate, ni acciones que lo induzcan a ese punto de vista», sostuvo Fernández.
A juicio del jefe de Gabinete, «el cerco mediático» que rodeó al caso «fue absolutamente perjudicial para la investigación», en la que, según indicó, las fuerzas federales colaboran con la Policía Bonaerense, que tiene a su cargo las principales tareas. En ese sentido, advirtió que «la Argentina sigue sin aprender la lección de los que, se supone, tienen un poquito más de experiencia en estas cosas y colaboran con el silencio».
LA INVESTIGACIÓN
El cuerpo de Candela Rodríguez «probablemente» fue higienizado antes de ser abandonado, según señaló hoy el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate. El funcionario indicó que «el cuerpo probablemente había sido lavado, es cierto que no estaba como cuando uno sale de la ducha, pero no estaba en el estado en el que suelen encontrarse los cuerpos que llevan dos o tres días de muertos».
El cadáver de Candela fue encontrado el miércoles pasado, con signos de que fue asfixiada, cerca de la intersección de la
avenida Vergara y la colectora de la Autopista del Oeste, en una transitada zona limítrofe entre los distritos de Hurlingham y Morón.
La nena había desaparecido nueve días antes de su casa, a unas 30 cuadras del lugar donde fue hallado el cuerpo. En los últimos días trascendió que el crimen podía estar vinculado con una supuesta venganza contra el padre de Candela, preso por un caso de piratería del asfalto, u otro integrante de la familia.
Por otro lado, el fiscal admitió que la posibilidad de que familiares de la nena hayan ocultado información a los encargados de la pesquisa «es una de las líneas de investigación que se están siguiendo». El fiscal general, en declaraciones a la prensa, dijo que aún no está acreditado que el hecho haya empezado como un secuestro extorsivo.
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