La ministra de Seguridad anunció la creación de un anillo de seuguridad en torno a la Capital, que tendrá 42 «checkpoint» de Gendarmería. La medida tomó por sorpresa a la administración Macri y es un nuevo avance de la ministra sobre la Policía Federal.
La ministra Nilda Garré, realizó esta tarde un impactante anuncio pleno de señales políticas. La tascendente titular de la cartera de Seguridad reveló que el gobierno concretará un viejo reclamo: la creación de un anilló de seguridad en torno a la Capital.
Unos 700 gendarmes se sumarán al control de los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, con 42 nuevos puntos de control -checkpoints- tendientes a detectar a los delincuentes que suelen moverse con facilidad a un lado y otro de la General Paz, aprovechando la falta de coordinación entre la Policía Federal y la Bonaerense, históricamente enfrentadas.
Pero el anuncio contiene muchas señales políticas. En primer lugar tomó completamente por sorpresa a la administración de Macri -como ocurrió semanas atrás con la creación de la policía vecinal-; y no parece casual que haya ocurrido cuando el clima entre ambas administraciones se enrareció por la negativa del macrismo a aceptar la transferencia del Subte manu militari.
Una vez más Garré avanza sobre medidas que impactan profundamente en la Ciudad sin siquiera notificar de las mismas al gobierno porteño. En ese sentido, está claro que Cristina está muy interesada en cultivar el electorado porteño, en el que según todas las encuestas, la inseguridad encabeza sus preocupaciones.
Además, el anuncio confirma que la Gendarmería -y en menor medida Prefectura- es por lejos la fuerza de seguridad elegida por Cristina y su ministra para ponerle un coto a la Policía Federal. Hasta ahora estos controles que se ubican en los accesos de la General Paz estaban en manos de los federales.
El operativo cerrojo
La ministra Garré explicó que los nuevos 42 puntos de control en la frontera entre la Capital y la provincia, serán «estrictos, intensos y permanentes».
«Estamos convencidos que la seguridad no se puede segmentar y dividir la de la provincia y la Capital. Nuestra obligación es tratar de coordinar esfuerzos para lograr los mejores resultados», dijo la ministra.
La ministra explicó que los 42 puestos, de los cuales 17 son los más importantes- demandarán 700 efectivos de Gendarmería. Agregó en una crítica implícita a la Federal que los nuevos controles «tendrán características de mucha rigidez», y señaló que implicará «una mayor presencia de personal uniformado como factor disuasivo».
«Vamos a poder de esta manera controlar delitos que comienzan en una jurisdicción y terminan en otra. Principalmente el robo de autos y la piratería del asfalto, pero también el narcotráfico y la trata de personas. Además se podrá identificar a aquellos que tengan pedidos de captura aprovechando estos controles estrictos», subrayó.
La ministra explicó que este nuevo operativo busca reforzar los logros de los operativos Centinela y Cinturón Sur.
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