En este Miércoles de Ceniza, el Padre Atilio, comenzó la ceremonia quemando en el Atrio del Templo los olivos que fueron bendecidos el año pasado en la Misa de Ramo, junto con los papelitos donde debíamos poner los pecados. Esto tiene un sentido ya que el olivo estaba seco, sin vida, como nosotros cuando nos alejamos de Dios por el pecado y quemar los papelitos con los pecados, signo que queremos ser hombres nuevos liberados por el fuego del Espíritu Santo que nos libra del pecado.
Con esa ceniza fuimos ungidos en la frente durante la Misa.
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