Victor Daniel Giandinotto
“El día sábado siendo las 19 y 15 hs. aproximadamente salgo con mi hija, motivo por el cual se dirigía hacer un mandado en bicicleta, porque ella tiene pasión por ir unas cuadras en bicicleta.
Cuando salimos observo que había un griterío y manoseos antes de llegar a la esquina, era Hugo De Cesare que estuvo preso durante 20 años, toma a golpes adentro de la vivienda a un menor de edad y también a su probable mujer, siendo seguida por la calle, para salvarse de su acoso físico, cuando le digo a mi hija de apenas 8 años que entre a la casa, me doy vuelta y la joven me pide permiso para entrar, obviamente la dejo entrar y me opongo a que este señor no siga con las suyas.
Al observar De Cesare que le impedía entrar, quiere entrar a la fuerza, me opuse totalmente y le dije que en mi casa entran las personas que yo quiero, entonces comienzan las actitudes verbales del señor y yo sin contestarle nada, quiere entrar a buscarla. cuando forcejea conmigo le dije que no me tocara y que parara de apuntarme con su dedo o algo parecido sin visualizar bien que era, pero era algo amenazador y me invita a pelear afuera, lógicamente no le accedí, entonces siguen las amenazas y me dice que me iba a matar con un tiro en la cabeza, amaga a sacar algo que tenia detrás- lo hace pensando que yo me iba asustar- y fue en ese momento cuando la mujer empezó a gritar y le dijo que el problema era con ella y que no me hiciera nada, pero sigue insistiendo y dice que cuando menos piense el me iba a pegar un tiro en la cabeza repitiéndolo varias veces.
Los vecinos llaman a la policía después de 15 minutos de idas y vueltas, llegan y el delincuente comienza disuadirse de la situación saludando cortésmente al policía y el policía le pregunto que le pasaba y el solo respondió problemas familiares.
Aquí la joven se calla la boca y no dice nada, yo le comento lo sucedido y la amenaza. Después al llegar un hijo de la mujer, insita a Hugo a pelear y en ese momento el malhechor va hacia el lugar, la policía actúa rápidamente tirándolo al piso y esposándolo, llevando al delincuente con el móvil y a la mujer para hacer la denuncia.
Yo estaba muy sorprendido por la situación y pensaba en mi familia, sobretodo en la nena que se encontraba muy asustada debajo de la cama, al borde del llanto.
Cuando me pude calmar frente a tal impotencia, trate de tranquilizar a mi niña diciéndole que no había pasado nada y que todo estaba en orden y la lleve hacia afuera para que viera que todo estaba bien, pero ella me dijo: “papá ese señor te dijo que te iba a matar y como puedo yo andar en la calle, quien te va cuidar papi”. – Hija papá te dice que todo paso, el señor se equivocó y por eso se lo llevó la policía así que para que te sientas bien, papá está seguro que no te va ha pasar nada hace el mandado que querías hacer en tu bicicleta.Así fue hizo su mandado y regresó con una sonrisa.
Después de haber reflexionado… el lunes a primera horas fui a hacer la denuncia cuando todo se había enfriado, yo calmado, mis hijas con sus obligaciones y mi señora en la actividad de la casa.
Cuando empiezo con la exposición el oficial me dice porque no la hice el mismo sábado y le respondí que no me encontraba en condiciones y además no podía dejar a mi niña en mi casa sola. De igual manera la tendría que haberla hecho ante el oficial- pero si el policía que vino en el móvil dijo que fuera solo la mujer y Hugo- bueno no se dio cuenta se le paso…Pero como que se le paso, si me había amenazado.
Cuando llega el acta declaratoria del día sábado me entero que el señor De Cesare fue dejado en libertad por la madrugada.
Entonces yo muy furioso le digo como se encuentra en libertad, pido por favor un servicio domiciliario para que proteja a mi familia y a mí porque este señor no se encontraba en sus cabales y que si o si, requería una protección familiar.
Dicen que no lo pueden hacer porque fue tan solo una amenaza y que no estaban autorizados los servicios domiciliarios hasta que el juez la otorgue… respondí entonces yo debo tomar medidas por mi cuenta cuidarme solo y si me saca el revólver, dejarme meter un tiro, y me respondieron no que no era así, que en ese caso yo me podía defender y que si tomaba justicia por mis manos era en defensa propia- es una vergüenza entonces debo ir comprarme un arma y cuando este señor venga debo defenderme yo mismo, -no!! Me dijo, si el apareciera debía alejarme y llamarlos al 101 y que ellos tomarán cartas sobre el asuntos.
-Esta es la ley que ampara a todos los delincuentes, ellos atacan primero y luego nosotros nos defendemos, son impunes ante la justicia, ellos entran por una puerta y salen por la otra.
Ahora yo y el resto de mi familia, después del sábado, cuando salgo debo mirar para todos lados, mis hijas no podrán andar por las calles, mi mujer debe estar mirando para atrás, total ellos son indultados en distintas causas que sucedieron pero que para la ley no son ciertas hasta que algo suceda.
Dios nos proteja, se que el señor cuidará de nosotros, y seremos mendigos de nuestros sentimientos, y a orar para aquellos que nos hacen daño, nos aborrecen, critican y con sus mentiras pueden más que el verdadero camino.
Siento tanto dolor… Ahora entiendo porque la gente no se mete, no se compromete….Porque después en definitiva no pasa nada. Para que te vas meter si después quedas pegado.”
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