El autor de “Las venas abiertas de América Latina” ingresó en un centro asistencial privado para que le realicen estudios médicos. Aseguran que “está consciente”
Galeano, de 71 años, “está internado y se le están practicando muchos estudios, está consciente y hasta se anima a firmar libros al personal del hospital”, señaló una fuente anónima.
El escritor uruguayo fue ingresado en el Hospital Británico de Montevideo para una serie de análisis, pero se negaron a brindar datos oficiales sobre su salud.
El miércoles pasado, un mensaje en su página oficial de Internet agradecía y declinaba las variadas invitaciones que recibe. “Eduardo agradece de corazón los cientos de convites que le llegan a diario a través de esta página y de su página de seguidores en Facebook”, señalaba el comunicado.
«Sin embargo, se ve obligado a declinarlos debido a la aguda sobredosis de entrevistas, charlas y demás eventos que ha tenido este año, sumada a los compromisos ya agendados, a la salud que escasea, las hojas que aguardan en blanco y a todas esas calles de Montevideo que andan sin andar», añadió.
En tanto, la página de sus fanáticos en Facebook (Don Eduardo Galeano) informó que el escritor “ha sido internado en una clínica de Montevideo para tomarse una serie de exámenes de rutina”
«Esta semana nos escribió que hablar de su salud es ‘una cosa que aburre’, así que esperemos que pronto vuelva a hablarnos de temas más animados», añadió el sitio, que mostraba más de 400 mensajes de sus seguidores deseándole una pronta recuperación.
Periodista, narrador y ensayista, Galeano es conocido en el mundo por su ensayo de 1971 “Las venas abiertas de América Latina”, en el que denunció la opresión y amargura del continente. Fue traducido a una veintena de idiomas.
Su libro más reciente es «Los hijos de los días» (2012), una suerte de calendario que relata 366 historias -una para cada día del año- de hombres y mujeres, célebres o anónimos, y diversas anécdotas que el autor rescata del olvido.
Obtuvo el premio Casa de las Américas en dos ocasiones (en 1975 y en 1978) y en 2010 recibió el prestigioso reconocimiento sueco Stig-Dagerman, “porque su escritura apoya en forma inquebrantable a todos aquellos que están marginados y condenados”.
Fuente: AFP
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