La inseminación artificial es una tendencia que crece día a día y, al no estar lo suficientemente regulada, trae problemas a la sociedad.
Por Agustina Carreras – Estados Unidos, es el país donde más inseminaciones artificiales se realizan por año, y esta realidad no es del gran agrado de la sociedad, debido a que se conoció un increíble caso que, aunque parezca una película de ficción, no es más que la realidad: hoy son 150 las personas concebidas con el esperma del mismo donante y, lo más sorprendente de todo, es que todavía pueden ser más.
La mayor preocupación la tienen los padres que utilizan el método de la inseminación, dado a que le temen a la variedad de consecuencias que puede traer el hecho de que un hombre done tanto esperma y esto, perjudique directamente la salud de los hijos, por la expansión de raras enfermedades e incesto, debido a que muchos medio hermanos pueden vivir en la misma zona sin saberlo.
Este profundo tema comenzó a tomarse en cuenta cuando, Cynthia Daily -mujer que hace ocho años recurrió a un donante para concebir un bebé- hizo una delicada búsqueda en una página web para comunicarse con otros hijos del mismo donante, y valió la pena, ya que a medida del tiempo el grupo de su hijo iba creciendo y esto trajo preocupación y polémica.
Pablo Gómez, médico urólogo de la Unidad de Fertilidad de la Clínica Marly, afirma que “lo que pasa en Estados Unidos podría desencadenar un lío legal, porque no todos los donantes están obligados al anonimato, y no es descabellado pensar que algunos beneficiados querrían declamar los derechos paternales”.
El presidente de la Sociedad American de la Medicina Reproductiva sostiene que “es necesario rehacer los criterios y las políticas acerca del número apropiado de hijos por cada donador” puesto que en Estados Unidos los donadores no tienen un límite de procreación, en cambio en Argentina, Suecia, y Francia sólo se puede hasta 10 nacimientos por donantes.
Forzar a que una misma persona tenga 150 hijos va en contra de la naturaleza, por eso es necesario que el uso de un esperma donado tenga límites. Las clínicas de fertilidad deberían tener registros donde se pueda optar por establecer un límite, y una ley que lo regule.
Agustina Carreras
Estudiante de Periodismo
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