La decisión tomada por quienes administran la parroquia fue a consecuencia de las roturas, pintadas y la gente que utiliza el atrio, sobre todo los fines de semana como lugar de encuentro “aguantadero”.
La obra se puso en marcha hace un año con la formación de una comisión para recaudar fondos y mantener en condiciones este importante patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Varios vecinos, a pedido del padre Atilio Rosatte, se pusieron a trabajar y a un año de su formación, esta semana comenzaron a colocar las rejas en la entrada principal, las cuales serán similares a las que se utilizaron durante varios años cubriendo los distintos arcos de la fachada.
Además de realizar reparaciones en distintos sectores del edificio.
Miguel Maglione, dialogó con BTI sobre el enrejado que cambiará el paisaje y acceso a la Iglesia:
“Por inquietud del Padre Rosatte nos juntamos Claudio Reynold, José Vidal y yo, para realizar tareas de mantenimiento en el edificio, comenzamos arreglando algunos vidrios, enchufes y después, gracias a la buena administración del Padre junto al equipo económico se han obtenido recursos para la confección y colocación de las rejas.
El tema de las rejas fue manejado por ese equipo integrado por Antonia Calzonetta, Ricardo Vaccirca, Chichita Vaccirca y Pablo Fallet. Ellos convocaron a toda la comunidad de la iglesia y se consiguió el dinero, hubo un retrazo por problemas personales de quien las esta haciendo que es Hernán Onnainty, y porque se trató de que las nuevas rejas sean casi una replica de las que estaban, por esa razón el herrero tuvo que recopilar fotografías históricas y hacer un trabajo muy especial.
Se gastaron aproximadamente $22.000 que se juntaron con la ayuda de toda la comunidad”.
Una vez colocadas las rejas solo se tendrá acceso por la entrada principal que da a calle Anchorena.
Este pequeño grupo de feligreses esta también trabajando actualmente en los arreglos de una gran cantidad de filtraciones que provocan humedad en el interior del templo.
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