Se trata de la primera persona que puso en duda que el policía haya muerto en un accidente. Denunció que a su pareja se le tiró encima una camioneta, provocándole la pérdida y que, además, recibió 180 amenazas de muerte. La muerte del policía ocurrió en enero de 2011 cuando la víctima andaba en bicicleta hacia Baradero. Se desprendió la horquilla y el manubrio, cayó y golpeó su cabeza contra el piso. Sin embargo, desde un primer momento su hermana y su madre no creyeron esa hipótesis.
El primer testigo que puso en duda que un comisario inspector de la Policía bonaerense murió en un accidente de bicicleta, en un camino rural del partido de Baradero, denunció que recibió 180 amenazas de muerte y que su pareja perdió un embarazo de tres meses a raíz de un atentado.
El denunciante había encontrado en 2011 el cuerpo de Sergio Núñez (45), quien estaba a cargo de la Jefatura Comunal de Capilla del Señor y a punto de ser ascendido como jefe Departamental de Exaltación de la Cruz, cuya muerte está siendo investigada desde hace tres meses como un «homicidio».
Fuentes judiciales informaron a Télam que el hombre, identificado como Miguel Ángel Véliz (41), radicó la denuncia en la fiscalía de San Nicolás debido a que recibió más de 180 amenazas de muerte a través de mensajes de texto desde que la causa cambió de carátula.
Además, el empleado rural denunció que el 23 de octubre último, un Fiat Fiorino gris se le tiró encima a su pareja, que cursaba el tercer mes de embarazo, cuando iba a bordo de una moto.
A raíz de la embestida, la mujer cayó al piso y al día siguiente perdió el bebé.
La muerte de Núñez ocurrió en la tarde del 22 de enero de 2011 cuando iba en una bicicleta por el Camino Real Bajo Alsina, sentido Baradero.
El primero que encontró el cadáver fue Véliz, quien instantes después observó el paso de una camioneta a toda velocidad que no se detuvo, pese a las señas que le hizo a su conductor.
Ese día, el testigo declaró en la comisaría de Baradero, donde fue golpeado porque pensaron que había sido el autor del homicidio, pese a que desde un primer momento la causa estaba caratulada como «averiguación causales de muerte».
De acuerdo a su testimonio, a partir que declaró que vio una camioneta empezaron las amenazas en su contra y la persecución, pero estas se acrecentaron una vez que el fiscal general subrogante, Jorge Leveratto, ordenó en agosto último que se investigue la muerte de Núñez como un «homicidio».
«Siempre hay un auto policial que pasa por el frente de mi vivienda, una y otra vez en forma deliberada», figura en la denuncia a la que tuvo acceso Télam.
Según Véliz, siente mucho «temor» a que maten a su familia porque no sabe «hasta donde puede llegar esta gente en su accionar».
La investigación inicial de la muerte de Núñez, a cargo del ayudante fiscal de Baradero, Norberto Raúl Masciarelli, estableció que a la altura de la estancia Los Alamos se rompió la horquilla de la bicicleta debido al óxido que tenía y se desprendió el manubrio del resto del rodado.
De acuerdo a esa línea investigativa, el comisario cayó del rodado y golpeó su cabeza contra el piso, en ese entonces de tierra, por lo que murió casi en el acto a raíz de las lesiones sufridas.
Sin embargo, desde un primer momento, la madre y el hermano de la víctima no creyeron en esa hipótesis debido a la falta de pruebas.
«A mi hermano lo mataron a palazos -dijo Néstor Núñez-. Entre cuatro y cinco personas se bajaron de un auto, lo rodearon y forcejeó con alguno de ellos pero lo golpearon en la cabeza varias veces».
Para el hombre, su hermano «descubrió algo muy groso y lo asesinaron personas que él conocía, piratas del asfalto en connivencia con policías».
Sin embargo, María Rosa Barrenechea, esposa del comisario, consideró a esa versión como «delirante» porque nunca pudo ser sorprendido de esa manera por la «experiencia» que tenía su marido como policía.
A la hora de decidir que la causa se investigue como un homicidio, el fiscal Leveratto tuvo en cuenta, entre otros elementos, la segunda autopsia realizada por el médico forense Manuel Armando Caro, quien no descartó la «participación de terceros» en el hecho.
Para el perito, «las fracturas del maxilar inferior y superior fueron dos impactos diferentes y no obedecen al mismo plano».
Según Caro, «no sería probable la multiplicidad de fracturas al caer en un camino de tierra consolidado pero sin superficies irregulares o con piedras salientes».
«Pudo haber sido producido por algún objeto duro de bordes romos, ya que el maxilar es un hueso compacto que tiene que recibir un impacto de gran violencia para poder fracturarse», puntualizó.
Ese informe contradijo la primera autopsia realizada por el médico forense José Dubini, quien había determinado que «la víctima no llegó a soltar sus manos para intentar defensa con la cara palmar de las mismas».
«No hubo lesiones de lucha o defensivas que den idea de agresión o defensa en relación con el mecanismo y momento del hecho», detalló el perito en su momento y así dictaminó que la muerte había sido «accidental».
Telam
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