La era tecnológica, de la cual somos contemporáneos, es sin duda uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad, pero no cabe dudas que por estos tiempos son muchos los trastornos que trae aparejado.
Existe un sector importante de la sociedad que por razones de edad, desconocimiento, desinterés o económicas no tiene acceso a la tecnología, en especial a la computación. Pero la mayoría de las empresas de servicios, el estado, los bancos y una infinidad de comercios e industrias por cuestiones organizativas y fundamentalmente para achicar costos aumentando la rentabilidad informatizaron todo, por ende para el vecino común es mas difícil cumplir con sus obligaciones.
Los mas avezados desconfiados de los pagos On line o el debito automático, que ante un reclamo lo puede derivar a un Call Center de Salta, Córdoba, Medellín o vaya uno a saber dónde, que le demandará tiempo, mala sangre y en la mayoría de los casos ninguna solución, opta por lo más seguro. Pagar en una caja y que te sellen el recibo. Ahí es cuando aparece el otro mundo, ese que se quedó en el tiempo y nos obliga a balancearnos en la desconcertante realidad del blanco o negro. Las facturas llegan a destiempo porque el Correo Argentino no tiene personal y los pocos carteros que hay deben recorrer en bicicleta (único vehículo permitido) una ciudad que creció en cantidad de habitantes y por ende en zonas pobladas. Entonces esa factura a punto de vencer o vencida nos obliga , intentando evitar pagar intereses, a esperar en largas colas ante los deficientes «pago rápido» como BAPRO, un servicio anunciado para solucionarle los problemas a las personas y que se convirtió por su ineficiencia en la tortura de estos días.
El Centro de Comercio es una institución que se ha esmerado en poner todo lo necesario para brindar un buen servicio de cobro a la comunidad, pero se ve desbordado porque BAPRO no le proporciona la asistencia técnica necesaria, ni le entrega las nuevas computadoras que fueron encargadas hace varios meses. Por otro lado los comerciantes que cuentan con algún sistema de cobro, ante la gran demanda y la poca rentabilidad opta por dejarlo y seguir con el rubro principal.
Esta problemática, hoy por hoy genera en la sociedad baraderense, pérdida de tiempo y en muchos casos el pago involuntario de intereses por mora.
Damián Mori, integrante de la Comisión Directiva del Centro de Comercio e Industria, se refirió a este tema que desde la institución están trabajando para intentar solucionarlo o en su defecto eliminarlo:
“El tema es que al haberse cerrado bocas, la gente tiene más para pagar y algunos problemas de sistemas genera este cuellos de botella que tenemos en este momento, obviamente que a nadie le gusta ir y perder tiempo que es tuyo para hacer una cola para pagar un impuesto. Las posibilidades nuestras llegan hasta un punto porque nosotros tratamos de brindar el mejor servicio que se pueda, tenemos un cierto límite en las cajas- que el mismo BAPRO provee por seguridad- y a veces nos pasa porque al cobrar tanto se cierran las cajas porque se acaba el límite que tenemos para cobrar. Mecánicamente, operativamente el sistema de servicios de BAPRO es deficiente en ese sentido, no te reponen las maquinas que se rompen, los lectores andan bastante mal, entonces todo eso genera que los días anteriores al 10, los vencimientos, se produzca este caos y la gente obviamente empiece a sentirse mal y es lógico.
Lo que pasa es que el sistema de cobro no es un negocio rentable para el comerciante privado, porque le ocupa mucho tiempo de sus empleados en eso, la ganancia es sumamente mínima, entonces vos tenías un kiosco y decís entra un montón de gente, sí pero entra a pagar no te entra a comprar nada, entonces pasa a ser un negocio un tanto complicado.
En estos momentos nosotros en la sucursal estamos poniendo una caja más porque vemos que no dan abasto con la demanda que existe. El sistema BAPRO está teniendo muchas fallas operativas y eso complica al público en general, no solamente al Centro de Comercio otros que tengan el mismo servicio también se verán afectados por lo mismo. El fusible que siempre salta es el de la gente, porque podríamos tener servicios eficientes y no los tenemos, entonces vos empezás a preguntarte los ¿Por qué? y vos me decís BAPRO con lo que mueve supuestamente tendría que tener un servicio de excelencia, como trata de tener el comerciante común atendiendo a sus clientes yo creo que es una cuestión de idiosincrasia y de mentalidad. Nosotros ya tenemos pedida una maquina más desde Diciembre que todavía no vino, tenemos parte del soporte del sistema que lo hemos arreglado nosotros llamando a un programador externo que nos solucionó los problemas porque ellos no lo podían resolver, entonces son todas esas cuestiones que te llevan a que vos tengas un sistema complicado obviamente las caras visibles son las chicas y ellas se tienen que aguantar el malestar de la gente que es lógico, yo ayer cuando pase eran las tres de la tarde y había gente hasta el Banco Nación. Nuestro presidente tiene mucha llegada, él hablo con la gente de BAPRO, Mariano Casey se iba a reunir hoy allá en central con BAPRO para plantearle la situación, él va con un ultimátum muy importante si el servicio no se mejora en los próximos días vamos a hacer un cierre temporal de la sucursal- esperemos no llegar a esto- pero creo que Baradero tiene que actuar para que las cosas aparezcan. El Banco Provincia le cobra un porcentaje a las empresas por el servicio que presta, nosotros cobramos un fijo sobre la cantidad de recibos cortados y quien cobra cuenta con un gran caudal de dinero que le genera una cuestión de seguridad, al Centro les vino bien haber puesto el dispenser de dinero y ello te lleva a que el dinero va circulando y eso te da un plus de seguridad, pero es mucha la responsabilidad por el costo que te brinda el Banco Provincia.”
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