Una calle en las afueras de El Tropezón se encuentra dividida por un alambrado. Vecinos alegan que estaba en los planos de loteo originales, pero quieren mantenerlo por seguridad. Los habitantes del otro lado de la reja se burlan con carteles que recuerdan al muro derribado en 1989
Parece una calle normal de las afueras de un pueblo cualquiera. Pero quien mire de cerca podrá notar que el tránsito está interrumpido por un alambrado y un largo caballete. Unos irónicos carteles rememoran al Muro de Berlín que supo dividir en dos a la capital alemana durante la Guerra Fría. Pero no es Alemania. Es la localidad cordobesa de El Tropezón.
La explicación de los vecinos del barrio de Jardines del Valle es que en realidad el alambrado figuraba en el loteo original de los terrenos. Luego, con las sucesivas obras de urbanización, fue derrumbado, pero hace poco los vecinos resolvieron volver a levantarlo como una forma de combatir la inseguridad.
«Nosotros no pusimos el alambrado ni cortamos la calle. Eso estaba mucho antes de que se hicieran las casas y es parte del perímetro del loteo inicial. Luego, como se rompió por el trabajo de las máquinas, entre algunos vecinos lo reparamos y señalizamos para advertir que la calle no tiene salida» – explicó uno de los vecinos al diario Día a Día que vive junto a la reja – «Al alambrado lo mantenemos porque nos brinda seguridad. Sufrimos una situación muy fea cuando nos robaron».
Del otro lado quedaron los vecinos de Natania. Al mudarse al barrio en 2013, el ingeniero Pedro Vivas no pudo evitar sorprenderse con la cerca. Puso entonces tres carteles que recuerdan a los que pueden ver quienes hoy visitan lo que queda del Muro de Berlín. En inglés, uno de ellos avisa: «You are entering the american sector» («Usted está ingresando al sector americano»). Otro, advierte que el lector se encuentra en la «Frontera alemana del este». Un tercero señala que el espectador se encuentra en «Checkpoint Charlie», uno de los más famosos pasajes del muro.
«Los instalé a modo de sátira. Porque el corte de la calle me hizo recordar algunos sectores de Berlín que visité cuando estuve en Alemania en el 2001. Acá viene gente, les saca fotos y muchos se asombran y preguntan qué es», relató Valle. Pero hoy en día, reconoce la utilidad del alambrado: «Al principio me molestó, pero después, como en la calle hay menos movimiento, hizo que el lugar sea más seguro».
Funcionarios de la municipalidad fueron consultados acerca de la valla y dieron respuestas tajantes. «Por ningún motivo se pueden obstruir las calles», señaló el subsecretario de Desarrollo Urbano, Héctor di Forte. Reconoció, sin embargo, el punto de los vecinos: «Sabemos que no se puede cortar, pero la verdad es que beneficia a los que vivimos en esta cuadra y a los del otro barrio». Pero cerró sus palabras con una advertencia: «Si hay que sacarlo, se sacará».
Infobae.com
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