Lo hará a través de un dispositivo que controlará con el cerebro y le permitirá caminar. Se espera que la persona llegue en silla de ruedas , se levante, camine y patee la pelota.
El creador del dispositivo es el neurocientífico brasileño Miguel Nicolelis quien desarrolló un exoesqueleto controlado por actividad eléctrica cerebral, que permitirá a parapléjicos volver a caminar.
Un hecho no menor es que la nueva y revolucionaria tecnología, que podría cambiar la calidad de vida de miles de pacientes, se mostrará al mundo el próximo 12 de junio en la apertura del Mundial Brasil 2014.
La idea es que en la previa de la Copa del Mundo, un paciente parapléjico sea llevado en silla de ruedas hasta el centro del estadio Corinthians Arena ante unas 70mil personas, para que a partir de órdenes emitidas con su cerebro se levante, camine hasta la pelota y patee.
«Ése era el plan original», dijo Nicolelis desde Sao Paulo en diálogo con BBC Mundo. «Pero ni siquiera yo puedo decirles específicamente cómo va a ser la demostración el día 12, porque eso está siendo discutido en este momento».
Desde noviembre, Nicolelis entrena a ocho pacientes en un laboratorio en Sao Paulo. El científico brasileño explicó que todos son adultos de más de 20 años y el mayor tiene cerca de 35.
«Comenzamos el entrenamiento en un ambiente virtual con un simulador. Todos los pacientes son capaces de realizar la actividad mental necesaria para mover el exoesqueleto», detalló.
«En los últimos días, cuatro de ellos entraron al exoesqueleto y dieron con él sus primeros pasos. Y un primer paciente ya usó el control mental para patear una pelota. Así que desde el punto de vista científico, clínico y tecnológico cumplimos nuestros objetivos: el exoesqueleto está siendo controlado por actividad cerebral y está enviando señales de feedback o retroalimentación al paciente» contó Nicoelis.
El funcionamiento se basa en una gorra con sensores sobre el cuero cabelludo del paciente que capta las señales emitidas por el cerebro y las envía a una computadora en la mochila del exoesqueleto que decodifica las señales y las envía a las «piernas» del robot.
El traje robótico funciona con hidráulica y una batería en la mochila permite un uso de aproximadamente dos horas, aunque con el paso del tiempo se espera poder ir mejorando este primer modelo experimental, que genera la ilusión en muchos pacientes, y que podría abrir nuevas expectativas en lo que respecta a su calidad de vida.
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