El pasado domingo en Tres Algarrobos, se conocieron el chico que recibió una mano elaborada con tecnología 3D y el joven que realizó el diseño de dicha parte del cuerpo. Gino, el joven diseñador de 20 años viajo 460 kilómetros para llevarle piezas de ajuste de la prótesis.
A Felipe, la mano que le diseñó Gino junto con el emprendedor Rodrigo Pérez Weiss, le cambió la vida. Ahora puede hacer kayak, andar en bicicleta e ir a pescar. Asimismo, el pequeño dijo que también quiere jugar al arco en la séptima de «Los Rojos», el club de su pueblo.
En enero de 2014, Ivana recibió un mail de un tío de Uruguay. Le daba, entre otros, el link de una prótesis hecha en una impresora en 3D. Era un sitio de Estados Unidos. Pero entró a otro sitio, el de Lab 3D, el emprendimiento de Pérez Weiss y Gino Tubaro, en Palermo. «Les pedí una impresora 3D o una mano. Me dijeron que me hacían la mano», recordó Ivana.
El 30 de abril le mandaron la prótesis lista por encomienda. Esta semana la prótesis pasó una prueba de fuego. Alguien tuvo la mala idea de jugar con Felipe al fútbol y se le rompió un dedo. Fue por eso que Gino llevo las piezas para la reparación.
En la página de Lab 3D, Rodrigo y Gino pusieron un formulario para quienes quieren una prótesis. En 24 horas les aparecieron cien pedidos, pero en la oficina de Palermo hay solo dos impresoras, de modo que tendrán que pensar estrategias para poder ayudar a quienes necesitan algo más que una mano. (InfoGEI) Mg
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