El titular del Smata realizó un dramático diagnóstico sobre el panorama en su sector: reconoció que hay más de 15.000 trabajadores afectados por las suspensiones y anticipó que, si todo sigue así «en noviembre y diciembre nadie va a comprar un coche»
«Si para julio no encontramos una salida van a empezar los achiques en la cadena de valor, en las autopartistas, talleres y concesionarias. Las empresas nos están diciendo que pueden aguantar sólo hasta julio», reconoció el titular del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Ricardo Pignanelli.
El dirigente de la CGT oficialista explicó que hasta ese mes «las empresas tienen una responsabilidad con el gremio y con la gente para mantener los puestos de trabajo». Pero luego es una incógnita lo que sucederá. «Si nosotros llegamos a noviembre sin una solución, la recesión ahí llegará directamente a febrero. En noviembre y diciembre nadie va a comprar un coche», sentenció.
Aunque cifras extraoficiales hablan de hasta 15.000 suspensiones en distintas autopartistas del país, Pignanelli evitó confirmar la cifra. Según alegó, a veces es difícil realizar el cálculo: «Cuando te empiezan a hacer despidos por goteo no nos enteramos ni nosotros».
El sindicalista, uno de los principales aliados de la Casa Rosada, aclaró que por el momento no tienen intención de realizar medidas de fuerza. «Hoy no porque me suspendería solo. A los gremios industriales no nos pagan el día cuando paramos. El paro es estratégico, lo vamos a hacer cuando llegue el momento. Salvo que las empresas salgan revoleando el poncho y ahí deberemos enfrentarlos», señaló, en una entrevista con el diario Clarín.
Consultado acerca de qué significaría que las compañías «salgan revoleando el poncho», el titular del Smata explicó: «Pararemos cuando haya despidos. Tengo una calentura perra. Creo que también los tiempos políticos nos están llevando a lo que está pasando». «El Gobierno tiene que tratar de activar el tema de las tasas. ¿Quién va a comprar un auto en cuotas con estas tasas de interés? Si se logra bajarlas, conseguiríamos producir entre 80.000 y 100.000 autos más de los que se prevé hoy. Si llegamos a un total de 740.000 unidades no habrá problemas graves este año», evaluó.
Pignanelli no es el único sindicalista allegado al oficialismo con problemas: el propio titular de la CGT Alsina, Antonio Caló, enfrenta inconvenientes ante el parate que sufre el sector metalúrgico. En medio del paro de 24 horas que realiza la seccional Córdoba de la UOM, el conductor del sindicato advirtió que «el Gobierno no tiene nada que ver» con los despidos en su área porque es un «problema entre las empresas y los trabajadores».
Infobae.com
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