Un lector de El Diario, relató días pasados que tenía en su poder, heredada de sus padres, una antigua máquina de fabricar helados invitando a su casa a conocerla. Así se hizo y, para gran sorpresa, la máquina en cuestión data del año ¡1742!.
Llegó a Baradero en manos de colonos suizos en el año 1856 y la familia propietaria de ella, la había heredado de sus abuelos. Con ella prepararon helados varias generaciones y, ya casi abandonada la máquina y en las estanterías de un almacén, fue adquirida por la familia que la posee actualmente.
Se trata de un cilindro de madera dentro del cual había otro, éste de hierro, con paletas de madera que giran mediante el uso de una manivela. La preparación para el helado se vertía dentro del último de los cilindros y se giraba la manivela que movía las paletas revolviendo el preparado. El frío necesario los proveía el hielo con sal agregada, para que dure más tiempo, y que se introducía en un espacio existente entre el cilindro de madera y el de hierro que son concéntricos y, obviamente, de distinto diámetro. Una canilla ubicada al fondo de la maquinita, permitía la extracción del helado ya listo que, asegura el dueño del artefacto, era exquisito.
El Diario de Baradero
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