Uno de los redactores de esta publicación, comenta a menudo que desde estas páginas, modestas, pueblerinas, se va escribiendo la historia de Baradero. En ellas va quedando testimonio del devenir cotidiano y servirá para que los que nos sucedan sepan qué sucedía en estas épocas y en las anteriores, y no otra cosa es la historia.
De la misma manera, queda explícita cuál ha sido la postura de El Diario en cada oportunidad en que se ha construido cordón cuneta en algún barrio; siempre fue de alegría, de apoyo porque se trata de un progreso, pequeño si se quiere, pero que siempre conlleva otros más importantes que aparecen luego.
Esta ocasión difiere de las anteriores ya que la referencia que se hace a un cordón cuneta, que espera su finalización en calle Pacheco de Melo entre Lavalle y Uriarte, dista mucho de ser halagadora y sí contiene una censura hacia quienes se comprometieron a realizar una obra, de ejecución sencilla y no han cumplido con su palabra, además de hacer que los vecinos, transcurrido un año, se sientan casi estafados no solamente en su buena fe, ya que el acuerdo de construcción implicaba el aporte de materiales por parte de los beneficiados y la mano de obra era municipal. Los materiales fueron comprados y pagados por los vecinos en su momento, pero la mano de obra no ha sido la necesaria para concluir el trabajo. Hay además un agravante; la calle Pacheco de Melo es de tierra y las zanjas abiertas perjudican diariamente a todos los vecinos y todavía más en días de lluvia.
El Diario de Baradero
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