Una de las líneas telefónicas más obsoletas de nuestra ciudad era la que corría por la calle Gallo la que, en razón de sus años, presentaba múltiples deficiencias. La simple observación permitía detectar manojos de cables enredados, cajas de conexión sobrecargadas hacían que un buen número de usuarios, conectados a ella, sufrieran inconvenientes durante años.
Hace un tiempo se vieron cuadrillas de operarios dedicadas a la instalación de nuevas líneas, modernas, simplificadas; hasta la moderna fibra óptica incluía el nuevo tendido.
Como la obsolescencia no era solamente de los cables, se procedió también, por estas horas, a retirar los viejos postes de eucalipto creosotados que ya habían sido reemplazados, en su función, por nuevos en la ocasión anteriormente apuntada. Al mismo tiempo, los viejos cables que aún permanecían en el aire iban siendo retirados junto con los postes.
Un operario trepaba al poste, cortaba mediante unas grandes tijeras los cables en desuso que luego eran quitados de su sostén, recogidos en el piso y cargados en un camión.
De acuerdo a lo que se interpreta, la nueva tecnología ha de servir para prestar un servicio mucho más eficiente y los vecinos de la zona, que es bastante amplia, podrán usar sus teléfonos con normalidad, cosa de la que algunos estaban olvidados.
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