Ezequiel pertenece a un grupo de jóvenes misioneros de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Capital Federal y desde hace unos años vienen a misionar a nuestra ciudad.
El grupo se instala en la Capilla de la Virgen Milagrosa en Teófilo Rosell y Malabia y desde ahí parten a misionar por el barrio.
Antes de irse, Ezequiel esta mañana habló con Lucas Del Río por FM Diferente y contó cómo es la experiencia que viven cada vez que visitan Baradero:
“En el 2011 vinimos por primera vez estuvimos parando en la capilla durmiendo algunos días y año tras año volvíamos no solo por nuestras ganas de venir, como por la buena recepción que tenemos acá. Al principio veníamos siempre en verano, pero llegó un punto que las ganas de volver eran superiores a las limitaciones del año, en invierno es más difícil venir porque laburamos, estudiamos y se nos complica- pero siempre él que quiere puede. Tenemos como condición haber terminado el colegio para venir, él más grande debe tener 24 o 25 años.
La verdad es que personalmente pienso que misionar es generar encuentro, yo vengo acá y no siento que este evangelizando ni mucho más y ni mucho menos, ciento que vengo, conozco personas y eso me genera un gran vinculo, te da una empatía y un sentido de pertenencia que es impensado y la verdad es que yo vivo la fe de una manera que siento que recibo mucho, sí yo puedo trasmitir un poco eso la verdad es que siento que se cumple la misión.
Yo vengo desde que me dio la edad para venir, ya es la tercera vez que vengo, somos de zona norte- de Capital-estamos a 20 km del obelisco, la parroquia esta en Martínez pero somos de Martínez, Acassuso, Olivos, Boulogne, toda esa zona de por allá estamos más o menos a 100 km de Baradero. Durante el año nos juntamos allá en la parroquia cada 15 días para planificar un poco todo lo que vamos hacer estos días que vamos a pasar acá, no es fácil e implica mucho trabajo y mucha preparación, no se puede improvisar algo así, significa una responsabilidad, nos encargamos es de preparar las actividades que llevamos a cabo acá y de conseguir lo necesario para poder venir.
Obviamente venimos con un plan de trabajo porque no queremos improvisar sobre la marcha, venimos con un sacerdote Juan Ignacio- Juan nacho para los amigos y para los novios también- que la verdad se pone la camiseta de Fatima y de la iglesia de una manera que obviamente sin él no se podría, no es simplemente un padre más, es el padre del grupo.
La verdad que dar una opinión del barrio es como muy subjetiva, porque ya lo vemos con un cariño muy especial- por el tiempo que hace que venimos acá-, no hay vecino que no nos conozca y que nosotros no conozcamos, nosotros venimos, dormimos, paramos y comemos en la parroquia ahora somos veinte, pero el verano pasado fuimos cincuenta. La verdad es que la parroquia está muy bien cuidada, todos los años que venimos nos fijamos en que podemos hacer, como podemos dar una mano, ya le hemos pasado alguna mano de pintura a la capilla. La verdad es que nosotros venimos y nos fijamos en que podemos dar una mano, pero está todo tan bien que no hace falta nada.
Hoy volvemos para casa y la idea es volver como siempre en verano, pasar año nuevo con esta comunidad que tan bien nos recibe y después no vamos el 4 de enero. Del 26 de Diciembre al 4 de Enero vamos a estar acá de nuevo para tener un último encuentro, creo que en la misión de verano que vengamos va a ser el broche de oro.”
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