APAND hoy cumple 32 años y se podría escribir mucho al respecto, intenté hacer un artículo, pero lo borré. Preferí contar mi vínculo con la escuela, que no es otro que el de tantos que pasaron por allí, no tiene datos, fechas, servicios, ni nada de lo que corresponde cuando uno escribe una nota como esta. Les pido disculpas, tómenlo como una licencia, son sólo unas líneas desprolijas escritas con el corazón:
Fue en 1982, cuando recién recibido y con ganas de abrirme camino de manera independiente, fui citado a una entrevista de trabajo como instructor para chicos con discapacidad, me citaron en una Iglesia Evangélica, en Malabia al 200, allí subiendo una escalera muy empinada, dentro de una de las habitaciones con sillas y mesas de jardín de infantes, me esperaban dos señoras, una de ellas con una cabellera llamativa, y otra amable inquieta, muy verborrágica. Sus nombres Teresita y Ana María.
Ellas me explicaron su idea, su sueño y me hablaron de la igualdad, de integración, de que la cadena mas fuerte depende del eslabón más débil, que habría un taller con un pequeño grupo de chicos, chicos que en muchos casos debieron buscar en las casas y decirle a los padres que no tengan miedo, que sus hijos eran como todos. Me conmovió, me gustó la idea, el desafío, quise ser parte de esa pequeña revolución.
Puedo decir a la distancia que crecí con APAND, que aprendí mucho, que aún me siento orgulloso de aquella tarde donde Claudio, uno de mis alumnos, se animó a bajar el cordón de la vereda y cruzar la calle, o me emocionó al recordar las risas, los abrazos, los paseos, la primer olimpíada, y tantas experiencias vividas allí.
Casi sin querer, fui docente fundador , con tan solo 19 años,de lo que hoy a la distancia recuerdo con cariño, veo caras que ya no están y se extrañan.
APAND fue y es parte de mi vida, por eso tuve ganas de escribir estas palabras, por Ana y Tere que se animaron, por esas maestras amigas que ya no están, por todo lo que se logró, por los errores y aciertos de todo crecimiento, pero fundamentalmente por esa frase que se hizo realidad eslabón por eslabón hasta formar esta inmensa cadena de igualdad que cumple 32 años y su eslabón más débil cada día la hace más fuerte.
Gustavo Bó
Comentarios de Facebook