Ayer visitamos el Galpón «Chango Bitar» y conocimos a los chicos de los colegios Marcos Sastre y San José que están preparando las carrozas para la Fiesta de la Primavera 2014. Esta mañana decidimos completar la visita a los representantes de las dos instituciones restantes, la Escuela Industrial y el Ferrari.
A pesar de la postergación de la fiesta, dialogamos con los alumnos que entusiasmados, ilusionados, cansados, pero felices por la experiencia que están viviendo, nos atendieron amablemente:
“Ya estamos terminado todo, haciendo las últimas cosas», nos contaba Victoria Gabilondo, del Instituto Ferrari, quien continuo diciendo, «todos no pusimos las pilas, así que estamos trabajando a full. La escuela nos dio un día ayer, pero ya hoy y mañana tenemos que concurrir al Instituto. Nosotros nos fuimos del galpón primero y principal por comodidad, porque ahora estamos trabajando mucho más cómodos y después por el miedo de que cuando pasamos las vías se nos rompa algo- como paso otros años- y entonces ya que podíamos mudarnos de galpón nos cambiamos así perdíamos el miedo de que nos pase algo. Nosotros al principio dudamos de hacer la carroza, porque no teníamos como financiarla pero nos pusimos de acuerdo y pudimos llevar a cabo la carroza». Victoria, también se refirió a esta hermosa experiencia; » Para mí esto fue una experiencia hermosa porque nos unimos un montón y en el «Chango» también hicimos amistades así que es una experiencia sumamente rescatable. La mayoría del tiempo estamos todos juntos».
Luego de sacar la foto de rigor, sin mostrar nada de la carroza, fuimos hasta el galpón donde un pequeño grupo de estudiantes de «la Indu» nos dio la bienvenida y Guido fue quien habló con BTI y opinó sobre el cambio de fecha; “Nosotros ya estábamos para presentarnos este fin de semana, por ahí para poder ajustar algunos detalles esta bueno, pero hubiese sido lindo que se hiciese este fin de semana».
También nos dijo que se unieron los chicos de Mecánica y Química para hacer juntos la carroza y particularmente mostró su entusiasmo y orgullo por lo realizado. «Desde el primer día se disfruta, nosotros al principio éramos cinco haciendo la carroza, empezamos a hacer muñecos y sin tener planos, sin sabe hacer nada, sabiendo los conocimientos que nos da la escuela, pero nunca nos imaginamos hacer esto».
Los representantes de la Escuela industrial fueron los únicos que pudieron conseguir un galpón propio para trabajar desde un principio:» Por suerte pudimos conseguir el galpón acá en la calle Teófilo Rosell y la verdad que fue una gran ayuda contar con este espacio».
Para finalizar, Guido Belbrosky ratificó lo que al unisonó veníamos escuchando y destacando, que es la armonía y compañerismo entre las escuelas participantes: «La verdad es que todos los que participamos somos compañeros, conocidos, los vemos todos los fines de semana en los boliches. La verdad que esta experiencia es una sola vez y se desfruta con todo.”
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