El café más antiguo de la ciudad, por poco felices circunstancias, había entrado en un periodo incierto del que, por suerte, ha salido. Días atrás, estas mismas páginas anunciaban la presencia de una antigua bicicleta de reparto, a las puertas del local, a la que se le había colocado un cartel con el nombre del café; la nota tuvo repercusión porque «Los Angelitos» ya forma parte del patrimonio de Baradero luego de tantos años de existencia y en el mismo sitio.
Su nuevo dueño, el joven y entusiasta Salvador Sabatella, decidió ahora contratar un pintor especialista proveniente del Gran Buenos Aires al que conoció en ocasión de la pntura de murales en el puerto local. Hechos los contactos entonces, el artista llegó a nuestra ciudad para pintar la vidiriera de «Los Angelitos» de la manera más tradicional, propia de la antigüedad del lugar y también con un toque de humor al estampar, entre las cintas con los colores italianos y argentinos como año de fundación, el «1890… y pico».
Se celebra la iniciativa que aporta al mejoramiento de nuestro patrimonio precisamente cuando se acerca el cumpleaños número 400 de Baradero.
El Diario de Baradero
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