De niña logró inquietarme su incansable intento de levantar vuelo…
El tiempo lo convirtió en centinela de juegos, en lugar de encuentros, refugio de palomas y nidos de horneros.
Testigo de nuestra historia de pueblo viejo, ha visto pasar tanta marea humana desde su centenario puesto. Todos con sus propios sueños bajo el mismo cielo.
De niña logró inquietarme con sus garras atrapadas en bronce.
¿pensará en la libertad?
y entonces tuve un sueño…
soñé que el cóndor alzaba vuelo.
Foto Nestor Pérez
Prosa Bibi Mindurry
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