A través de distintas informaciones, se supo que el comisario Raúl Franzoia, de triste memoria en Baradero, será sometido a juicio oral acusado de encubrimiento en el caso del asesinato de Lucas Rotela, acaecido a manos del ex policía Gonzalo Kapp quien le disparó por la espalda con una escopeta cargada con postas de plomo el sábado 12 de febrero de 2011. Kapp fue separado de la fuerza policial y condenado a prisión perpetua el 26 de marzo de 2013.
Desde el mismo instante en que se produjo este hecho terrible de nuestra historia ciudadana, los policías que intervinieron en el caso procedieron de forma intencionada tratando de «despegar» a Kapp del crimen. Falsearon la hora en que fue puesto sobre aviso el fiscal, mintieron al decir que Lucas Rotela «llevaba algo parecido a un arma de fuego» y en el juicio a Kapp se comprobó que el joven asesinado por la espalda, estaba desarmado. Al ser tan evidente el intento de encubrir el homicidio del joven de 19 años, el fiscal Manso inició la demanda en la que también están denunciados el subcomisario Benavidez y el oficial Pío quienes junto a Franzoia, serán sometidos a juicio se cree que en el transcurso del año próximo
Previsible
Franzoia era candidato firme a terminar como está terminando, con una carrera policial arruinada por un hecho de tal naturaleza, a todas luces indigno de cualquier policía y mucho más de su rango. Ostentoso, amigo de hacer alarde con armas de grueso calibre en sus manos era todo lo contrario de lo que debiera ser un policía en quien se aprecia su sangre fría, su temperamento calmo ante situaciones violentas. Supo, en poco tiempo, cosechar una gran cantidad de antipatías en Baradero y el día en que fue incendiado el edificio comunal, de no ser por la actitud del comisario Gómez, hubiera sido difícil que la triste jornada no hubiera terminado con al menos un muerto. Franzoia estaba fuera de sí y, escopeta Itaka en mano, blandeaba amenazante ante una multitud a la que solamente lograba enardecer más con su gesto.
Siempre nos hemos preguntado cómo es posible que personas que carecen de las mínimas condiciones para ser, no ya oficial de alto rango, sino solamente agente policial, tengan cabida en la fuerza. Tal era el caso de Franzoia y también el de su protegido, Gonzalo Kapp.
Palabras de Miguel Rotela
El padre de Lucas, Miguel, es un hombre de trabajo que en todo este drama que debio afrontar, jamás utilizó una palabra agraviante, ni siquiera desmedida. Se ha manejado con una prudencia digna de elogio y cada vez que habló, fue para decir cosas sensatas e importantes, razón por la cual nos pareció adecuado finalizar, precisamente con sus dichos, ya que en ellos se resume todo:
“Más allá de la condena que recibió quien disparó contra mi hijo, el procedimiento policial se hizo mal, se supone que ellos están para cuidarnos, no para hacer lo que hicieron”, expresó Rotela quien declaró como testigo en la causa por encubrimiento.
El padre de Lucas manifestó que “hay que respetar los tiempos judiciales, esta es un causa lenta pero no se paró nunca, avanza con personas que tienen ganas de que sigamos creyendo en la justicia porque no creer en la justicia es creer en la venganza y eso no trae nada bueno”.
Rotela agradeció el desempeño del fiscal Manso de quien no objetó su accionar y pidió que “al juez que le toque la causa que lo haga sin miedo, con coherencia, sin sentirse presionado o intimidado, que actúe con la verdad”.
El Diario de Baradero
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