No hay suerte con el edificio de nuestra terminal de ómnibus. A poco de ser inaugurado, el conductor de uno de los ómnibus que ingresaba chocó el ángulo superior derecho de la saliente que resguarda la zona de las ventanillas y lo destrozó. Vanas resultaron las gestiones del municipio intentando que el seguro de la empresa de transporte pagara el arreglo y, se comenta, que hasta hubo en ese tiempo algunos términos descomedidos en el diálogo mantenido.
Cuando se pudo, la comuna reparó lo que estaba roto.
Hace algunas semanas desde estas mismas páginas se mencionó el arreglo que se estaba haciendo en el pavimento que, sometido al peso de los grandes vehículos, estaba muy deteriorado. Para esa reparación se levantó la losa completa hasta llegar a la tierra y se hizo el paño nuevo, buena medida; pero mientras se realizaban las tareas pertinentes. se colocó un vallado que al mismo tiempo que prevenía, inevitablemente estrechaba el paso. No faltó tampoco esta vez el conductor que no advirtiera que tal cosa significaba un mayor cuidado en las maniobras y como en la anterior oportunidad, uno de los ómnibus chocó la misma saliente, solamente que en esta ocasión el daño se produjo en la esquina opuesta, o sea la de la izquierda si se mira el edificio de frente. Otra vez, como se aprecia en las tomas gráficas al pie, hay un agujero, otra vez el daño y permítasenos decirlo, a estar por los antecedentes, otra vez los dineros para la reparación deberán salir de las arcas comunales.
El Diario de Baradero
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