Más de 1 millón de argentinos viven en casas que no cuentan con inodoro, y son más de 6 millones si sumamos a quienes no tienen descarga de agua en ese artefacto sanitario.
Hace dos años, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que designa el 19 de noviembre #Díamundialdelinodoro, en un intento por concientizar sobre la importancia del acceso a servicios básicos de saneamiento.
Un reciente trabajo de Red de Comunidades Rurales advierte que en el mundo hay más personas con teléfono móvil que con acceso al inodoro. Según el informe, son 2.500 millones las personas que no tienen acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas, y alerta que las consecuencias son trágicas para la salud y el medio ambiente.
En nuestro país, más de 1 millón de personas habitan hogares que no cuentan con inodoro, y son más de 6 millones si sumamos a quienes no tienen descarga de agua en ese artefacto sanitario.
Mientras esta realidad sorprende a más de uno, la Argentina ocupa un lugar en la lista de los 25 países con mayor cantidad de usuarios de smartphones. Un estudio de la consultora eMarketer asegura que a mayo de 2015 en el país existían 10,8 millones de usuarios de smartphones, que representan una penetración del 36% en el mercado total de celulares. Y la proyección muestra que en 2018 habrá 17 millones , cerca de mitad de la población argentina.
Otro informe científico —difundido por Unilever— afirma que los inodoros sin tapa aumentan el riesgo de contaminación ambiental. El trabajo advierte que la contaminación cruzada dentro del hogar —entre diferentes zonas de origen— no solo se limita al baño.
Los científicos encontraron que existe una importante propagación de fecal bacteriana del inodoro a otras superficies del hogar. Y que la higiene habitual de manos no terminan de impedir la transmisión y propagación de patógenos resistentes. Para evitar esta diseminación, los expertos recomiendan cerrar la tapa al tirar la cadena.
Los lectores de la prestigiosa revista British Medical Journal eligieron el inodoro como el mejor invento médico de los últimos 200 años. Superó a la píldora, a la anestesia y a la cirugía.
Su origen se remonta al año 2000 AC. en Creta, en los tiempos de la civilización Minoica. La invención del inodoro moderno se inició allá por 1589 gracias a John Harington. Como el inventor era ahijado de la reina Isabel I de Inglaterra, uno de los primeros artefactos -llamado «El Áyax»- fue instalado en el palacio de Richmond. El diseño incluía una cisterna, una reserva de agua en la taza y una manija para activar el mecanismo.
El modelo de inodoro de John Harington
Con el paso de los años, el diseño fue evolucionando hasta que el relojero inglés Alexander Cummings inventó un sistema que consistía en la creación de una tubería en forma de S. Cuando el agua pasa por el sifón, la parte inferior de la S siempre queda con algo de agua, que actúa de cierre hermético del resto de la tubería que conecta a la alcantarilla. De este modo, se evita que los malos olores se propaguen por el lugar.
Museo del inodoro de Praga
Este proyecto fue el punto de partida para otros diseños de inodoros más eficaces, como el de Albert Giblin en 1819. Durante el siglo XVIII, la utilización del inodoro se masificó. Sin embargo, en pleno siglo XXI, en la India, por ejemplo, un 53% de los 330 millones de hogares carecen de inodoro y un 60% de la población hace sus necesidades al aire libre.
En la India, la mitad de la población orina y defeca al aire libre
Gerardo González
Por: Gerardo González [email protected]
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