Anoche, Baradero volvió a vivir un show que nos enorgullece en todo sentido, por su calidad, espectacularidad, belleza y la particularidad de ser generado y ejecutado por profesionales de nuestra ciudad quienes han logrado que nuestra gente baile y sean artistas por una noche.
Sobre el emblemático escenario Abel Figueroa, del Anfiteatro Municipal y ante una multitud, la Escuela de Fitness de Romina Sosa, demostró una vez más que lo que ellos realizan no es un cierre de año, sino un evento de gran nivel artístico.
Desde las 20 hs del sábado se observaba el pasaje de espectadores que recorrían el camino hacia el anfiteatro, mientras se iban llenando las plateas, detrás del escenario se mezclaban cientos de bailarinas de todas las edades, cada una con sus vestimentas especiales, en un rincón un grupo repasaba la coreografía, en otro las mamás le daban en toque final al maquillaje de su hija, en el piso un grupo de nenas jugaban y reían. Ya todo estaba listo, Romina Sosa preparada para la primera de tantas veces que saldría al escenario, saludaba, sonreía, ayudaba y respondía cada pregunta que le hacía ese pintoresco elenco lleno de colores, brillantina y sonrisas.
El show arrancó cerca de las 22 hs, con una la apertura y primera parte temática recreando un circo, payasos, trapecistas, malabaristas, equilibristas, contorsionistas, patinadoras, pasaban sobre el escenario, a medida que el presentador, Lucas Del Río, los iba anunciando.
Fueron alrededor de diez coreografías que se sucedieron sin descanso con el ritmo y la coordinación de los grandes espectáculos.
En la segunda parte hubo diferentes ritmos, donde se incorporó el folclore con la profesora Miriam Videla, la zumba con Javier Miranda y después se sucedieron los bailes preparados por los diferentes grupos que integran la escuela.
En total se vieron unas veinte coreografías, con diferentes vestuarios y efectos escenográficos generados desde una inmensa pantalla Led.
El final iluminó el cielo de fuegos artificiales y todos los bailarines subieron al escenario para la postal.
Un año más, el séptimo para Romi, quien ya cuenta con un importante grupo de colaboradores en lo vinculado al baile y la participación incondicional de su familia en la organización general.
Como ocurre desde que se instaló esta fiesta, los recursos generados fueron donados. En esta ocasión los beneficiarios fueron La Casa Cultural Sol y Luz y la Cooperadora del Hogar del Niño.
«Bailar es Soñar»; lo que en sus comienzos era un simple slogan; con el paso del tiempo, el crecimiento y la constancia, es ahora la frase exacta para definir lo vivido.
Anoche la magia se hizo presente en el anfiteatro permitiéndonos a todos, soñar a través del baile.
Fotos para BTI: Néstor Pérez
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