No han sido las últimas las mejores épocas que conociera el tradicional, histórico almacén de ramos generales «El Torito» que, desde el año 1880, se erige en medio del campo en nuestro Partido de Baradero. Alguna vez supo ser el Club Atlético «El Torito» con pista de baile y de jineteada, visitado por numerosas personas.
Durante largos años fue atendido por la familia Peratta; padre e hijo se sucedieron en la presencia cotidiana detrás del mostrador hasta que dejaron en otras manos el negocio que durtante tanto tiempo atendieron. A partir de allí empezó a funcionar con altibajos, durante un tiempo estuvo cerrado, luego reabrió sus puertas y desde hace dos años, según confesión del actual encargado, está funcionado.
Si bien nunca recobró el esplendor de otras épocas, algo imposible ya, sigue siendo sitio de encuentro de muchas personas que lo visitan. Los fines de semana llegan al lugar jóvenes y familias de Baradero y otras localidades, algunos a tomar alguna bebida, por lo general acompañada de la tradicional «picada» y otros nada más que para conocer el sitio que ofrece múltiples aristas interesantes para quien lo visita.
Es de destacar que el antiguo camino, el que viajando desde la ciudad se usaba antaño para llegar hasta el almacén, en la actualidad se encuentra casi en desuso. Es muy poco transitado y las malezas van avanzando sobre los espacios de tierra del camino, a punto tal que en zonas el paso se torna muy estrecho. Todo se debe a que unos metros más adelante, siempre yendo hacia Santa Coloma, existe una nueva entrada, la que conduce a la Escuela N° 8 y al Club de Campo Pro-Vida, que se encuentra en buenas condiciones y es usada para llegar hasta «El Torito». No obstante sería una pena que el antiguo y habitual camino sea abandonado hasta desaparecer, ya que es una vía de acceso rápida que si bien tiene el inconveniente de anegarse tras las lluvias, también posee el encanto y la historia de los que carece el otro sendero. No hay muchas esperanzas de que sea reparado a estar por los antecedentes, el encargado del almacén dijo que de desempeña en el lugar hace dos años y que en dicho lapso la máquina motoniveladora pasó una sola vez arreglándolo.
Por uno u otro acceso se llega a «El Torito» y es una pena no conocerlo. Se halla cerca, se conserva en buenas condiciones y estar allí es como remontarse en el tiempo. Simultáneamente se disfruta de una paz que cada vez resulta menos posible encontrar.
El Diario de Baradero
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