Nacho tiene 16 años y decidió ir en busca de su sueño, dejando su casa y el cariño de sus papás. El titulo de la nota es una de las frases que él utilizó en la entrevista, confirmando que el riesgo vale la pena.
Jugar al futbol, triunfar en el futbol es para muchos chicos una ilusión tan irresistible que cualquier sacrificio lo vale, aun arriesgándose a la desilusión de quedar libre cuando lleguen a la mayoría de edad y ese club que los acunó, el enseñó a ser hombres, a vivir solos y lejos de casa de un día para el otro los deje sin nada.
Son muchos los adolecentes de nuestra ciudad que se embarcan detrás de este sueño y no les importa lo que después vendrá, se la juegan y esa decisión ya los hizo crecer de golpe.
Ignacio Gallardo, es hijo de Mariana Mármori y Pablo Gallardo, mide 1,87 Mts y es arquero, posición que por su altura y capacidad cambio a la del delantero de las infantiles de Atlético.
Al mediodía, después del entrenamiento de la mañana, hablamos con Nacho quien nos contaba sobre su nueva vida de futbolista; «Estoy en Unión de Santa Fe, viviendo en la pensión del club. Todo empezó cuando Marcelo Aranda (DT Inferiores de Unión) fue a Rivadavia para probar jugadores, yo fui con unos amigos, después me llamaron para hacer una prueba y quedé seleccionado».
Sin verano, ni salidas con los amigos, a mediados de enero Nacho viajó los 360 Km que separan nuestra ciudad con el caluroso Santa Fe; «El 18 de enero arranque la pretemporada así que hace un mes y medio más o menos que estoy acá. Ya me adapte, conocí un par de amigos y la verdad que está muy bueno».
La distancia hace mas difícil el ir y venir, por eso muchos fines de semana se queda en la pensión; «No voy seguido, este finde pasado fui porque se suspendió un amistoso que teníamos contra Belgrano por lluvia, ahora tengo que volver antes que empiece la escuela por el tema del pase. Acá en Unión son muy exigentes con la escuela, si te llevas varias materias es muy posible que no te citen para jugar o te manden unos días a tu casa».
Al grandote que parece fuerte, cuando le hablamos de sus papás vuelve a ser el adolescente que es y nos dice «los extraño mucho», pero rápidamente se repone y se hace fuerte al contarnos que sabe muy bien que aun no tiene nada asegurado; «sé que es difícil y que por ahí después quedo libre pero creo que con esfuerzo todo se puede»
En lo futbolístico Nacho destaca lo mucho que se aprende, «Se nota mucho el trabajo tanto en lo físico como con la pelota», el torneo de inferiores comienza el 19 de marzo y él estará en el arco de uno de los planteles del club, » Yo soy categoría 1999, que es la sexta división de Unión»
Por último nos habla del lugar donde vive; «En la pensión hay nueve piezas y hay seis chicos por pieza, ahora hay más porque están a prueba y antes que empiece el torneo, el 19 de marzo, se definen los chicos que quedan o no».
Hijo de padres inquietos y amantes del deporte, Ignacio Gallardo no podía ser menos, por eso no dudo al hacer el bolso en pleno enero y transitar la Ruta 9 hasta Santa Fe. Todos en la familia saben que el camino de los sueños es largo y complicado, pero vale la pena intentarlo aunque de vez en cuando derramen alguna lagrima y maldigan la distancia que los separa.
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