
Veronica Mira
Veronica Mira, es psicopedagoga con una vasta experiencia en orientación vocacional, su trabajo de muchos años, le ha permitido conocer el perfil de nuestros jóvenes al momento de elegir una carrera terciaria o universitaria. Ella sostiene que lo importante es estudiar lo que a uno le gusta, que hoy todos pueden acceder a una universidad o escuela terciaria.
Veronica destaca que el acompañamiento de la familia en esta etapa de la vida de los hijos es fundamental ya que están definiendo su futuro, una decisión difícil donde necesitan del apoyo de los padres.

¿Qué es la psicopedagogía?
“La psicopedagogía se encarga de abordar aquellos problemas que aparecen en el aprendizaje como también construcciones de aprendizajes. Yo me dedico puntualmente a orientación vocacional, la psicopedagogía no solo trabaja con niños, la franja etaria es de 0 a 99 y realmente cada una se especializa en el área que más le interesa».

¿Cómo se orienta vocacionalmente a un joven para elegir lo que será su futuro?
«Yo divido mí trabajo en tres instancias, una batería de test formal- que los voy renovando, pero me dan buenos resultados con los que vengo trabajando, después hago una instancia media donde hago una devolución de carreras – acá intervienen tanto el adolescente o el joven junto a su familia- siempre convoco en esta instancia a la familia, porque me perece que es aquella que acompaña el proceso de crecimiento vocacional, es decir que lo que va a elegir tiene que estar acompañado por su entorno familiar en la medida de las posibilidades que lo acompañe a elegir- no que elija-sino que acompañe en instalar el deseo por elegir y en lo que viene, porque que este la familia acompañando esta piola».

La oferta académica ha crecido y con ella aparecen carreras de moda que muchas veces tienen poca salida laboral, pero paralelamente se amplió la posibilidad de estudiar, hoy un chico puede cursar en Baradero o la zona, disminuyendo los costos que debe afrontar la familia o el mismo trabajando y estudiando
«Todo lo que tenga que ver con la elección de una carrera viene cambiando desde hace ya unos cuantos años. «Mi hijo el doctor» creo que en el inconsciente de todos está, porque todo padre quiere que su hijo se supere, pero lo que pasaba con «mi hijo el doctor», es que se imponía que mi hijo sea el doctor, por suerte y ante la circulación de la palabra empezó a decirse a mi hijo lo voy acompañar a que haga la carrera que elija, pero lo interesante es instalar en la familia que se puede hacer una carrera, porque muchas veces las familias están asustadas por los costos o por no poder llegar a costear una carrera, por suerte desde hace diez años empezamos a tener un crecimiento importantísimo en lo que es Baradero y la zona con la oferta académica y eso nos permite tanto a mí como orientadora, como a mis chicos y a las familias que incluye darles una oferta de que se puede estudiar sin irse de Baradero, obviamente no todas las carreras, pero podes hacer el CBC y ya tenes un año para definir después como puedo costear la carrera de mi hijo».

¿Hay que estudiar lo que generará trabajo seguro o lo que te gusta?
«Yo siempre digo que la carrera la hace uno y la oferta de trabajo la hace uno, sí uno tiene una carrera y trabaja de otra cosa, habría que indagar si la carrera que tiene es la que deseo tener o como se está presentando al mundo para ejercer la carrera que tiene, habría que evaluar esas cosas. Yo creo que uno tiene que estudiar lo que le gusta y si uno estudia lo que le gusta y lo hace con pasión va a tener siempre trabajo».

¿Qué pasa con las carreras tradicionales?
«Las carreras tradicionales están volviendo de a poquito, hay que bucear en las universidades, analizar que oferta cada universidad. Hay muchísimas carreras a nivel público y hay muchísimas a nivel privado y hay muchísimas ofertas de becas también que eso es interesante porque cada universidad privada ofrece un sistema, hay que aprender a mirar las universidades, como padres sobre todo, porque si a nuestro hijo se le ocurrió una carrera que no está en el estado las universidades privadas tienen una posibilidad de becas. Esta bueno que sí en la familia está el deseo de el hijo siga estudiando, que los padres acompañen este deseo y que instalen en la casa el seguir estudiando. Obviamente que para un padre es todo un sacrificio es que un hijo se vaya estudiar, hay todo un andamiaje que tiene que acompañar a este hijo que se va estudiar, pero soy una convencida de que no es imposible».

¿Quienes piensan seguir estudiando el año próximo ya deben empezar a definirlo?
«Las universidades públicas tienen sus ingresos entre octubre y noviembre faltarían cuatro meses y las universidades privadas se extiende un poquito más el periodo de inscripción, pero si hablamos de Buenos Aires o Rosario tenemos las inscripciones encima. Entonces una orientación vocacional lleva un largo tiempo- no es que en dos días definimos la vocación-que tampoco es 100 % fiable, lo que tiene la orientación de bueno es que además de la orientación vocacional se acompaña con la orientación de carreras que son detalles que por ahí suman para definir cómo va a ser mi futuro universitario o terciario o técnico, entonces en esto la familia puede acompañar.”
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