Cvitanich, hoy en el Miami FC, analiza su chata vida deportiva en EE.UU.: “No hay presión. Tal vez a un chico con futuro le conviene quedarse en la Argentina”.
Se lo nota relajado, distendido. Es que así está Darío Cvitanich hoy, jugando en el Miami FC de Estados Unidos: “Vivimos en una ciudad en la que no se extraña tanto a la Argentina porque si querés comer facturas vas y te las comprás, lo mismo con el asado o si te querés tomar unos mates”, le dijo el delantero a Olé.
– ¿Cómo se vive el fútbol en Miami?
– El club se armó hace nueve meses y de a poco, la gente está empezando a venir a la cancha. Van con sus reposeras y sus parrillas portátiles. Todo es mucho más tranquilo. La cultura norteamericana hace que cada deporte se convierta en un espectáculo.
– Jugás con menos presión, obvio.
– Noy hay ascensos ni descensos y todo depende de lo que decida cada dueño. No dependemos del éxito deportivo, entonces prácticamente no hay presión, más allá de la que uno mismo se pone.
– ¿Qué te gusta más de Miami?
– Todo el mundo piensa que debo vivir en la playa pero no soy muy fanático, voy de vez en cuando. Después tengo mi rutina: voy a buscar a mi nena más grande al jardín y los días que tengo libres trato de ir a jugar al golf. Con mi mujer (Chechu Bonelli), cuando podemos, llevamos a nuestras hijas a ver algún espectáculo, o a Disney, algo que nos queda bien a mano. Somos de aprovechar el tiempo en familia.
– Por ser argentino, ¿te preguntaron de algún jugador para llevar para allá?
– Sí, el director deportivo y el técnico me preguntaron si conocía alguno para traer. Pero hay que ser muy abierto para venir a jugar acá. Tal vez a un chico con futuro le conviene quedarse en la Argentina por una cuestión de que somos un país vidriera.
– ¿Cómo es Nesta como técnico?
– Es tano a la enésima potencia, ja. Hablo mucho con él porque en el semestre pasado yo me volvía loco para jugar bien y entonces me decía “olvidate de todo lo que viviste antes y tratá de disfrutar, de jugar tranquilo y aportar lo tuyo”. A veces se pone a contar historias de su carrera y aprendés mucho, ganó cosas importantes.
– Si bien ya te habías ido de Niza, ¿te pegó distinto el atentado?
– Si, ahí fue la ciudad donde nació Lupe (su hija mayor) y tengo muchos amigos ahí. Nosotros solíamos salir a pasear cerca de donde fue el atentado, de hecho vivíamos a tres cuadras. Pero bueno, es el mundo loco donde estamos hoy.
– ¿Cómo te adaptás a los países en los que te toca jugar?
– Me fue gustando esta idea de conocer diferentes lugares. Cuando me fui por primera vez, apenas hablaba castellano je. Pero fui aprendiendo. El idioma es la primera barrera que tenés que cruzar para poder adaptarte. Ojo, el peor desarraigo lo viví a los 15 años cuando me fui de Baradero a vivir a la pensión de Banfield. Después de ahí creo que ya me pude adaptar a todo.
– En todos los mercados de pases la gente del Taladro pide por vos.
– Ellos saben que el cariño es recíproco. Siempre voy a sentir algo especial por el club porque allí viví muchas cosas: me dio la posibilidad de jugar al fútbol de manera profesional y gracias a eso cumplí el sueño de ayudar a mi familia. Sólo tengo palabras de agradecimiento. En Banfield empezó mi carrera y allí terminará.
– Y hoy dirige Falcioni.
– A Julio siempre le deseo lo mejor: es quien me hizo debutar en Primera y el que me dio la chance de jugar en Boca. Lo conozco desde los 18 años y aprendí mucho de él. Tiene un buen manejo del grupo.
– Benedetto la rompió ante Quilmes, pero le está costando. Pareciera que después de Palermo, en Boca es muy difícil que un 9 se consolide…
– Lo que hizo Martín en Boca va a ser imposible de igualar. No es fácil estar en Boca porque la presión es muy grande. Pero esto pasa porque, por cómo somos, a los argentinos se nos complica tener proyectos. Eso se vive desde las Inferiores, cuando se preocupan más por tener la categoría campeona y no por formar al jugador.
– ¿Influyen los constantes cambios de técnicos que se dan en el fútbol argentino?
-Cuando llegué a Francia, estuvimos ocho partidos sin ganar, pero nunca se cambió la metodología de trabajo porque estábamos convencidos. Después terminamos terceros haciendo un torneo histórico… El proyecto se debe cumplir, si después de un año las cosas siguen mal, nos sentaremos a charlar y veremos qué falló.
– Sos de estar muchos con las redes sociales.
– Las redes son una compañía, me divierto mucho.
– Por Twitter te tomaste con humor cuando el periodista Maxi Fourcade mencionó a tu mujer…
– Después de haber pasado por Boca y de las cosas que me gritaban en la cancha cuando empecé mi relación con Chechu, me tomo todo con humor.
– ¿Y la señora que te insultaba en la cancha de Banfield cuando jugaste para Boca, “Cvitanichhhh, Cvitanich”?
– ¿Martita? Me la crucé en el predio y está todo bien, siempre que voy para allá la veo y recordamos aquella anécdota. Soy así. Me tomo todo más que bien.
OLE
Por: Nicolás Escobar.
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