«Es una situación inimaginable, casi increíble si no me hubiera sucedido a mí», nos decía Miguel Simour (Odol) cuando empezaba a relatarnos los hechos de violencia extrema contra su casa y su familia, que vivió la noche de año nuevo en su vivienda de San Martín y Bulnes.
La historia podría ser uno más de los «Relatos Salvajes» de la película, por lo absurdo y la violencia desatada por un grupo de individuos a partir de una justificada reprimenda cuando al pasar patearon un tacho de agua y quisieron arrancar el expurgue de un aire acondicionado propiedad de la familia Simour y terminó con hombres enardecidos, muñidos de cadenas, machetes y piedras intentando ingresar a la casa y rompiendo todo lo que estaba a su paso.
Entrevistamos a Miguel quien cuenta lo vivido, los primeros minutos del 2017 y que finalizaron sin heridos gracias a la intervención de los vecinos.
“El domingo ni bien comenzado el 2017 doce y media de la noche. Nosotros salimos a la puerta de calle, estaba parte de mi familia, porque ni nietito quería ver lo fuegos artificiales ahí en la esquina de Bulnes y San Martin hay edificios que por ahí te impiden ver un poco y después que pasaron los fuegos de artificios que no fueron tantos este año, nos quedamos ahí en la esquina de mi casa charlando porque vinieron un par de vecinos que son amigos de mi yerno y nos quedamos hablando distintas cosas y llegado un momento pasaron cuatro chicos, cuatro muchachos, no venían bien por San Martin para el lado del bajo y ahí sobre San Martín hay un aire acondicionado que es de mi sobrino y había un recipiente para el agua que cae, para que no joda a la gente, uno de estos individuos le pegó una patada a eso y quiso arrancarle con la mano la manguera del expurgue, mi sobrino lo vio y les grito que no rompieran, lo hizo de buena manera, con buenos términos y ahí empezó una discusión de que la calle es libre, que yo en la calle hago lo que quiero, fue subiendo de tono y lógicamente mi sobrino tiene sangre en las venas, luego fui yo también les dije que se fueran, pero no paso más allá de esto, absolutamente nada».
Hasta ahí solo una discusión, ¿cómo siguió?
«Cuando volvíamos para la esquina empezaron a los ladrillazos, levantaron baldosas, no sé de donde las sacaron, disparamos para adentro porque sí les pegan a los chiquitos un año, seis años o a nosotros mismos nos hubieran lastimado, nos metimos dentro de la casa esperando que se vayan. Habrán pasado quince o veinte minutos- no sé precisarte bien- mi sobrino se asoma para ver si se habían ido estos chicos que tiraban piedras y aparece una camioneta con cuatro o cinco individuos en la caja de la camioneta con cadenas y machetes, forzaron la puerta porque mi sobrino no alcanzó a cerrar el zaguán, pegaron unos cadenazos, hay inclusive señales de machetazos y alcanzó a cerrar una puerta y le empezaron a romper los vidrios a esa puerta cancel.
Los estallidos parecían balazos, podía haber sido un desastre todo lo que ocurrió en ese momento».
¿O sea que se metieron a tu casa con intenciones de romper y lastimar?
«Sí, cuando se cansaron de romper todo salieron a la calle, lo que pasa es que los vecinos no se dieron cuenta lo que estaba pasando y cuando escucharon los estallidos de los vidrios dijeron ahí está pasando algo y empezaron a venir y ahí alguien dijo viene la policía, entonces dijeron vamos, vamos, vamos, se subieron a la camioneta y se fueron, vino la policía, alguien tomó los datos de la patente de la camioneta, todos los datos que les pudimos dar están en la policía, después vino la policía científica tomo fotos y todas las cosas para ver si de alguna manera esta gente tiene un tipo de castigo».
¿Imagino que aun hoy no se explican que generó tanta violencia?
«Estas cosas te afectan la salud, yo no soy un tipo violento, no tengo enemigos en este pueblo, como le dije a la policía vayan a cualquier estado social de Baradero y pregunte quien soy yo, yo no tengo enemigos, no soy un tipo violento, mi familia no es una familia violenta es una familia de trabajo y de vivir una vida tranquila, así que te pase una situación inimaginable, pero increíblemente suceden».
¿Por qué pensas que tuvieron esa reacción irracional?
«Lo más insólito de todo es que fue una discusión donde no hubo ni siquiera un empujón. Yo creo que estamos viviendo en un clima de tanta tensión, de tanta virulencia que no se puede explicar que en una casa de familia entren cuatro o cinco individuos con machetes y con cadenas a romper todo y si yo me le interpongo para que no le pase nada a mi nieto me rajan la cabeza de un machetazo, es terrible, pero tal como lo conté fue el episodio.”
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