Este viernes, en la Casa Cultural de San Vicente de Paul, dará comienzo una serie de cursos para crear en nuestra ciudad un grupo de Payamedicos que trabajen dentro de nuestra ciudad.
Esta manera revolucionaría de «sanar», conocida mundialmente por la historia del Dr. Patch Adams que fue llevada al cine por el inolvidable Robin Williams, es un movimiento que cuenta Argentina con muchos discípulos.
Héctor Rodil, Payamédico de Zarate, habló con BTI sobre su loable labor y dijo que todos pueden ser paramédicos.
¿Qué hace un payamédico?
“Un payamédico lo que hace es asistir emocionalmente a alguien que está en una situación de internación o está pasando por un momento en el cual es diferente al momento optimo que uno debe tener en su vida no. En realidad payamedicos nace casi simultáneamente cuando Patch Adams estaba haciendo lo suyo en Estados Unidos, fue previo a la película que se hiciera masivo el payaso de hospital».
¿Se debe ser médico para ser payamédico?
«En realidad cualquiera ser payamédico, hay que tener dos condiciones para ingresar al taller que es ser mayor de 18 años y tener el secundario completo y aprobado. Payamédico se hace con vocación, compromiso- porque uno esta brindándole su tiempo y su energía a esa otra persona, al produciente- que nosotros no le llamamos pacientes, porque el paciente es algo que está esperando- alguien que esta pasivo-, entonces como la persona cuando está enferma no está un 100 % enferma, tiene partes sanas, entonces nuestro interés y nuestra función es que con nuestra parte sana pueda producir por eso para nosotros son producientes».
¿Por qué la asistencia de los payamédicos ayuda a los enfermos?
«Cuando uno está contento, cuando uno se ríe incluso, el cerebro libera endorfinas que son opiáceos naturales, son supresores del dolor, en realidad esa persona no se va a curar, pero si va a estar durante un tiempo con el ánimo sostenido, va a estar mucho mejor, es más después de las intervenciones se ha notado de que requiere menos dosis de analgésicos, casualmente por las endorfinas».
¿Son aceptados en clínicas y hospitales?
«La aceptación siempre es buena, yo soy de Zárate y mi dispositivo está ahí y fuimos fundacionales o sea que en Zárate no había payamédicos y fue en un momento en el cual había inconvenientes con el personal auxiliar del hospital y con los médicos también, entonces había un poco de distancia porque ellos pensaban de que nosotros cobrábamos, entonces como ellos nos estaban cobrando siendo profesionales, entonces nos miraban con desprecio, pero pudimos hablarlo y entendieron a la perfección, les contamos lo que nosotros hacíamos y eso fue suficiente. Después de ahí nos esperan, se trasforma el lugar cuando hay payamédicos».
¿Es una tarea que se hace solo o en grupo?
«El trabajo del payamédico es siempre grupal, un solo payamédico es muy complejo y por una cuestión de auto protección, porque uno cuando tiene su paya, cuando tiene puesta su nariz que es la máscara más pequeña del mundo, es como que deja su yo de lado y entra en juego su personaje que es quien te puede proteger de no llevarte determinadas cosas a tu casa a tu cotidianeidad, entonces siempre cuando se va en dupla es cuando se puede notar si alguien se está capturando o está sucediendo algo por eso es que siempre se sale en grupo».
¿Cuantos payamédicos hay en la Argentina?
«Somos aproximadamente tres mil y algo en todo el país, incluso hay payamédicos en Chile que hicieron la formación acá en la Argentina y fueron hacia Chile. El payamédico no diagnostica, lo que se hace es trabajar con técnicas teatrales, tampoco está guionado, es lo que surge en el momento. No es invasivo, sucede que nosotros cuando llegamos- antes de ponernos muestro vestuario- hacemos un pase, el pase es como poder ver la historia Clínica de cada paciente, que es lo que condiciona y que es lo que aprueba en esa historia Clínica. Lo que pasa también es que siempre que se va a un dispositivo se va con la autorización del director».
Se necesita estar preparado emocionalmente para algo tan fuerte, reconfortante y conmovedor a la vez
«Nosotros siempre decimos que hay un después de ser payamédicos, ya desde el taller tu concepto de determinadas cosas va cambiando, porque nosotros trabajamos con algo que se llama payaética, el prefijo paya esta en todo obviamente y la payaética no es una cuestión de ética, de lo que se debe, de lo que corresponde y de lo que la sociedad condicionante te dice que tiene que ser, es lo que conviene en el momento y desde un punto de vista ético y seguro, entonces hay cosas que son tan cuidadas, nosotros cuidamos desde los colores del vestuario para que la subjetividad de la persona que está internada no produzca nada que no debería ser, cuidamos muchísimo el discurso, el discurso potente, eso lo cuidamos mucho porque también genera diferentes estados de ánimo, cuando uno habla de manera positiva cambia el estado».
¿Qué es lo que se enseña en el taller?
«En el taller se trabaja la teatralidad, es lo que te da herramientas para que vos puedas intervenir, entonces trabajamos con técnicas teatrales de Jaket le Coq que fue un teatrista de los años 60 que trabajo mucho sobre el movimiento del cuerpo. Son ocho encuentros de tres horas, es muy divertido, es muy productivo y en el transcurso del taller se van abordando diferentes cosas como por ejemplo lo que es la confección conceptual más que nada del vestuario, el vestuario no es cualquier vestuario, no es ropa que tenes ahí en placard».
¿Cuando comienza el curso, cuales son los requisitos y que costo tiene?
«Esto arranca este viernes 10, de 18 a 21, se da en la casa Cultural del San Vicente de Paúl y puede concurrir cualquier persona de 18 años en adelante con los estudios secundarios completos y aprobados y el que quiera concurrir tiene que escribir a un correo que es [email protected] o al [email protected]
Se cobra un arancel que no es muy caro, incluso se puede pagar sobre el dictado del taller, seguro lo vamos a ir hablando personalmente con cada uno de los asistentes personalmente. Después de este taller vamos hacer el curso de payamédicina que a ese cursos los dictan psicólogos de payamédicos.”
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