El cierre de Atanor Baradero, sorprendió a propios y extraños, una de las industrias más antiguas del país que inició sus actividades a fines del siglo 19 decidió de manera unilateral y para centrar su producción en el sector de agroquímicos ponerle un candado al portón e informarles la situación con un papelito, a trabajadores que han dejado gran parte de su vida defendiendo la empresa.
Dos baraderenses, por orden de sus superiores fueron quienes se encargaron de cerrar este icono histórico del trabajo y no les tembló la mano. Luego se encerraron en una oficina hasta que se fueran todos y desaparecieron llevándose en su conciencia esta triste acción.
La mesa sindical movilizó unas 300 personas a la delegación del ministerio de trabajo exigiendo la intervención de las autoridades para que dicten la conciliación obligatoria.
La intendente municipal estuvo presente, aunque sabemos claramente que los jefes comunales son dejados en soledad por los gobiernos que representan cuando ocurren estas cosas, lo mismo le pasó a Pedro Carossi con el cierre de Hisisa.
El gobierno nacional y provincial, con su política insensible y pro empresarial no emitió palabras pero se contentó con el comunicado de Atanor anunciando una inversión de 70 millones de dólares, a cambió de los cierres de las plantas de Munro y Baradero.
Como medio de comunicación contactamos a otros generando una cadena para que el país este informado de este medida llevada a cabo con un desprecio pocas veces visto.
Como siempre no faltaron los carroñeros políticos que quisieron llevar agua para su molino, como si su presencia pudiera salvaguardar ahora desde el llano, lo que otras veces no pudieron hacer desde el poder.
Finalmente, a las 13 hs. se dictó la conciliación obligatoria, esto sumado a la amenaza del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Zárate de parar una importante cantidad de empresas del rubro en apoyo a los trabajadores, lograron que Atanor, la que avisó a la gente con un volante anónimo del cierre de la histórica planta, deba acatar la medida y tomarse 15 días para negociar en el ámbito del Ministerio de Trabajo y como lo marca la Ley.
La atropellada insensible de personas no capacitadas para las relaciones humanas y laborales quedó temporariamente neutralizada.
Nadie sabe cuál será el final de esta historia real que parece de ficción, pero al menos al caer la noche de un día que arrancó muy mal, los trabajadores volverán a la fabrica con la esperanza de encontrar una solución.
Porque la Alcoholera, Rodhia, Atanor o como quieran llamarla es parte de nuestra historia y los baraderenses la vamos a defender con uñas y dientes.
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