Son 40 familias que hace un año perdieron su trabajo, de un día para el otro se quedaron en la calle, no hubo marchas, ni sesiones extraordinarias, solo se los menciona algunas veces por algún interés político. «La dirigencia nunca se involucró, ni oficialistas ni opositores» nos decía un de los trabajadores de Germaiz el día de la marcha mientras miraba desde un costado y se preguntaba ¿por qué apenas nos nombraron?, ¿por qué su lucha es tan solitaria?.
González y Tejera, delegados de los aceiteros en Baradero, viajan a todas las reuniones, ponen la cara ante sus compañeros, consiguen donaciones, etc. Todo lo hacen sin recursos, juntando pesito por pesito para no abandonar la lucha.
A fin de mes se cumple un año del cierre de Germaíz, solo cobraron $15000 en total por los doce meses en tres paliativos de $ 5000. Siguen concurriendo a la fabrica todos los días en sus turnos, se acabaron las tarjetas y en vez de marcar firman un cuaderno.
Como lo hemos hecho en varias oportunidades con la esperanza de escuchar una buena noticia hablamos con Rubén Darío González, quien nos cuenta el padecimiento de los, por muchos, olvidados de Germaiz;
¿Cómo está la situación, a casi un año del cierre?
“Nosotros seguimos igual como siempre, lo único que paso es el tiempo. A fin de mes va hacer un año que estamos esperando, o sea que el 30 o 31 de Marzo va hacer un año que estamos esperando, que seguimos con idas y vueltas y ya creo que el concurso preventivo en Abril se termina».
¿Cómo se sostiene la lucha gremial cuando uno también es un desocupado con una familia que mantener?
«Ya estamos medios cansados de idas y vueltas, de viajes de acá, de viaje para allá y sin ninguna solución. Nosotros también tenemos una familia atrás, le dedicamos mucho tiempo a esto y estamos igual que todos los trabajadores sin cobrar, sin nada, nosotros no tenemos ningún rédito de ninguna parte – ni el sindicato, ni nadie nos da un mango para nada- nosotros todo lo que hacemos lo hacemos porque lo sentimos, porque alguien lo tiene que hacer y porque somos quien nos pusimos al frente de los trabajadores, pero nosotros somos un trabajador más y la estamos padeciendo igual que cualquier trabajador».
¿En todo un año cuánto dinero cobraron de la empresa?
«Quince mil pesos, de esos tres paliativos de cinco mil pesos, después no nos entró más nada. Ese es el dinero que puso la empresa en un año».
¿Cómo hacen para sobrevivir?
«Vivimos como se puede, algunos han podido conseguir otro trabajo, porque son jóvenes, porque han tenido suerte, en buena hora no, pero después la mayoría estamos de changas, acá hay mucha gente grande, gente de más de cincuenta años que no consiguen trabajo en ningún lado- yo soy uno de ellos- y con treinta y pico de años de fábrica y realmente hemos quedado en la calle».
¿No avanzó la compra por parte de Demierre?
«Y este muchacho sigue estando ahí, pero para nosotros hoy por hoy es un estorbo, porque la jueza no puede hacer nada tampoco, porque esta él en el medio diciendo que la va activar, de que tiene muchos proyectos y está cargado todo en el expediente, de que él la va a sacar adelante, pero él hace cinco o seis meses que está trabajando y no ha hecho nada hasta el día de hoy y ni hablar que dinero le hemos pedido para que ponga en parte de pago de lo que nos deben, porque él se hizo cargo supuestamente de las deudas, de todo, pero no nos ha dado un mango y encima sigue dando vuelta que hoy, que mañana, que pasado y la fabrica sigue tal cual esta».
¿De verdad tratan de seguir cumpliendo los turnos como si estuvieron trabajando?
«Nosotros tenemos acceso, ya tarjeta no marcamos más, porque se acabaron las tarjetas que había, que las hacíamos nosotros también, pero seguimos yendo, tenemos un cuaderno que cada uno que se presenta pone la fecha, las horas que va a trabajar y firma».
¿La demanda de los otros compañeros para con vos como delegado debe ser desgastante?
«La verdad es que hay gente que esta re mal, a nosotros los delegados nos hacen miles de preguntas todos los días, preguntas de toda clase, ¿Y qué pasó? y ¿Cuándo vienen? y me pasó esto y que tengo este problema y por ahí no me ven y vienen a mi casa, últimamente ha habido problemas con la Obra Social, tenemos que por ahí salir a ver cómo podemos hacer, tenemos un compañero debatiéndose entre la vida y la muerte y en un hospital de Buenos Aires y está sin la Obra Social».
¿Pero está la comunidad que puede ayudarlos, mas en este caso puntual?
«Este muchacho toma una serie de remedios- porque él está esperando un trasplante- que lo tiene que tomar de por vida y al cortarle la Obra Social esos remedios no lo puede comprar, bueno nosotros estamos buscando sí por parte de la municipalidad podemos conseguirles los remedios a esta persona. Y después estamos entre todos haciendo una colecta y mandarle a la señora que desde Enero está al lado de él cuidándolo. Estos remedios que nos pidió la señora ahora nos salieron 1.100 pesos, esos remedios nos ayudó y lo compró la Intendenta, ahora tenemos una reunión con ella en estos días para ver si podemos conseguir por intermedio del municipio que les den los remedios a este muchacho y después lo otro vamos a ver cómo nos vamos arreglando con el tema de mandarle algo a la señora para que se mueva allá en Buenos Aires».
¿Si no hay cambios en pocos días se dictaría la quiebra?
«Lamentablemente estamos esperando que la jueza por ahí determine como sigue esto, porque el concurso termina ahora en Abril, por lo poco que yo sé legalmente yo calculo que en Abril cuando la jueza vea que esta persona no hizo nada decretará la quiebra definitiva. Eso es malo, porque no cobras nunca más, tenes que hacer juicio y ver si lo cobras algún día, vos fíjate que Hisisa hace treinta años que pasó y todavía siguen dando vuelta para cobrar. En Baradero somos alrededor de cuarenta familias.”
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