Los caminos de la vida son indescifrables y más aun cuando existen espacios vacios que por mas esfuerzo que se haga no se pueden recordar y menos llenar.
La búsqueda de la identidad, no es solo encontrar un apellido, la certeza del origen o cumplir con un protocolo que permitas saber quien sos realmente.
Esa búsqueda tambien tiene que ver con los sentidos, los espacios, olores, lugares, imágenes que son parte de esa vida no vivida o cambiada a muy corta edad
En ese derrotero muchas personas se cansan, aminoran la búsqueda, se alejan, pero jamás dejarán de decirse a sí mismos. En algún lugar te encontraré
Baradero tiene una Agrupación que es pionera en la búsqueda de la identidad biológica, su nombre es ¿Quiénes Somos?, gracias a ella conocimos hace muchos años a nuestra amiga María Esther Redruello, quien durante muchos años buscó y poco a poco fue encontrando por parte sus orígenes. Hermanos, primos, sobrinos, tíos y un padre al que no conoció.
Mientras rearmaba parte de su vida, comenzó a construir la propia, así llegaron y crecieron sus dos hijas.
“Yo buscaba a mi papá biológico y finalmente supe que él vivió sus últimos años en San Martín en la provincia de Buenos Aires. Falleció en un accidente automovilístico y mi papá llevaba en su porta documentos una foto mía de chiquita y me contaron que el siempre tenía la esperanza de que algún día me iba a encontrar, el era oriundo de Monte Quemado Santiago del Estero». Contaba María Esther sobre su búsqueda y los pocos datos que obtuvo, dejándola conmovida.
Pero las vueltas de la vida, en algún momento y por motivos inexplicables desde la razón se vuelven a entrecruzar dejando un mensaje asombroso.
María Esther tiene dos hijas, la menor Antonella se enamoró de un joven de Alsina que trabaja en la obra de las vías del ferrocarril como ayudante de topógrafo haciendo las mediciones. Fruto de ese amor Antonella quedó embarazada y comenzaron a construirse la casita.
La inestabilidad laboral complicó los planes, mientras la panza crece su pareja se quedó sin trabajo.
Repartió curriculum y esperaron que surja algo, luego de unos días un compañero de la obra del ferrocarril le ofreció trabajo, pero con una condición debía irse a vivir a Santiago del Estero. Lo que nunca imaginaron que el destino sería el pueblo donde nació y vivió el papá de María Esther, ese hombre que tanto buscó y que guardaba su foto de bebé con la esperanza de volver a verla.
«Se acabó el laburo en Alsina y hay que partir y se lo destinó a Monte Quemado Santiago del Estero, es decir que Antonella que espera un niño que hoy entra en los seis meses viaja con él, o sea que mi nieto va a nacer en el mismo lugar donde nació mi papá biológico». Cuenta emocionada María Esther, quien agregó; «Ella se va el martes a la madrugada, a las cinco de la mañana parten para allá. Estamos planeando con mi consuegra ir para el día del nacimiento.”
En unos meses, en Monte Quemado nacerá este nieto tan esperado, en el mismo lugar donde nació el padre que nunca conoció y siempre buscó.
Los caminos de la vida son indescifrables, nos sorprenden para bien o para mal, pero cuando hay fe y esperanza, lo inexplicable ocurre y bienvenido sea.
Un ángel me vino a buscar,
igual no lo quiero seguir,
me dice la gente,
que deje de pensar así,
pero igual, igual,
te espero
En algún lugar te encontraré…
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