La denuncia del envenenamiento del Secretario Adjunto del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate, se extendió por el mundo y multiplicó las solidaridades.
La gravedad del atentando contra la vida de Damián Straschenco, de 42 años, tiene trascendencia internacional. Hay normativas internacionales que regulan las centrales nucleares. Para trasladar el agua pesada contaminada desde el reactor hasta la oficina donde el compañero Straschenco tenía su botella de agua personal, deben transitarse 200 metros, con diversos controles y mecanismos de máxima seguridad.
Mientras la medición de radiación corporal anualmente permitida para quienes tienen acceso al área restringida del reactor es de 20 milisievert, nuestro compañero recibió una dosis de 132,7 mSv en una ingesta. Y Straschenco no tiene acceso ni trabaja cerca de la zona restringida, por lo que la intoxicación es exponencial.
De ahora en adelante se someterá a controles periódicos para establecer el impacto y derivaciones de esta carga radiactiva en su cuerpo.
Desde el Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate, la FeTERA y la CTAA expresamos nuestra inmensa preocupación por la falta de elementos sumados en la causa del Juzgado de Campana donde se investiga bajo carátula “intento de homicidio”.
Asimismo, exhortamos a la empresa a brindar todo el material fílmico y registral para establecer con precisión quién o quiénes; y con qué fines realizaron este atentado contra la vida de un joven trabajador, compañero y dirigente de nuestro gremio.
https://youtu.be/fUhi5w40pZU
Los hechos
El 9 de mayo en la Central Nuclear ATUCHA, bajo control de la firma Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), el detector de radiación corporal (por donde a diario pasan los empleados de la empresa y similar en estructura a un detector de metales) alertó que el dirigente de Luz y Fuerza de Zárate, Damián Straschenco, de 42 años, tenía altos niveles de intoxicación.
Activados los dispositivos de seguridad, se lo trasladó al Centro Nuclear de Ezeiza donde se realizaron las primeras intervenciones médicas, vinculadas a una desintoxicación de emergencia. Los responsables de establecer el origen de esa radiación determinaron que la botella de agua personal de Straschenco, dentro de la oficina gremial, contenía agua pesada contaminada del reactor nuclear. Una situación alarmante ya que existen protocolos internacionales de regulación del material tóxico y la propia empresa cuenta con amplios dispositivos de seguridad.
Inmediatamente con el acompañamiento del Sindicato, Damián radicó la denuncia en el Juzgado Federal de Campana, que caratuló la causa como “intento de homicidio”.
Hasta el momento, el juez interviniente ha focalizado más su tarea en establecer el nivel de intoxicación de la víctima que en recabar todos los elementos necesarios para dilucidar quién y por qué realizó este atentado contra Straschenco.
Por eso, exhortamos a la justicia a avanzar a fondo en la investigación de los hechos denunciados para encontrar a los responsables y articular todas las medidas preventivas y de seguridad que fueren necesarias, para que hechos como éste no vuelvan a repetirse.
Por Federico Doello
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