En una gran medida la preocupación de nuestros vecinos es la que permite conocer distintas situaciones que se van dando en la ciudad. Ayer, se acercó hasta El Diario uno de ellos que relató que en la calle Emilio Samyn, la conocida «bajada al Tiro», hay un árbol que se ecuentra arraigado en la barranca desde hace años, y al que la erosión que va provocando cada lluvia hizo que vaya perdiendo estabilidad e inclinándose hacia la calle con peligro cierto de caída. Es probable, nos decía el vecino, que tal cosa aún no se haya producido a causa de que, en su camino hacia el suelo, la planta encontró un cable conductor de electricidad, por suerte envainado, que obra a manera de sostén. La preocupación pasa por el hecho de que no resulta posible estimar cuánto más podrá soportar dicho cable sin cortarse y, cuando ello se produzca, habrá problemas que pueden ser de distinta gravedad, pero aunque no la tuvieran ocurrirá, como mínimo, un corte del suministro.
El vecino, conciente de su papel en la sociedad, responsablemente dio aviso a la empresa distribuidora de la energía que a su vez lo derivó al municipio. Llegados a este punto tal vez muchos hubieran abandonado su propósito, pero no fue éste el caso y la persona llegó hasta el palacio municipal y allí le manifestaron dónde debía exponer su advertencia, cosa que hizo pero, transcurridas más de cuatro semanas desde entonces, todo sigue igual.
Se espera que en las próximas horas se le dé una solución al inconveniente que por ahora es nada más que eso, pero de no prestársele atención, puede derivar en algo que deba lamentarse.
El Diario de Baradero
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