«Esto es Rivadavia» dijo uno de los pocos dirigentes del fortín que semana a semana le ponen el hombro a la institución al ver esta conmovedora y enaltecedora fotografía, que esconde detrás la pasión pura por el futbol, este deporte tan desigual en lo económico y tan parecido en el espíritu de quienes se unen en un equipo para defender la camiseta de su club.
La historia de esta foto es simple y maravillosa, los jugadores de Rivadavia, todos amateurs, realizaron una excelente fase de grupo y clasificaron en segundo lugar para los cuartos de final del Torneo Clausura «Román Misenti», debiendo enfrentar como locales al Club Mitre de San Pedro, por el pase a semifinal.
Cuando fueron a practicar, a prepararse para este trascendental partido se encontraron con que el pasto estaba demasiado largo, y en vez de enojarse, de irse o exigirle a los dirigentes una mejor condición del campo de juego, se organizaron, se preguntaron entre ellos quien tenía moto guadañas o las podía conseguir, fueron a buscarlas, se repartieron sectores de la cancha y cortaron el pasto. Con la tarea finalizada posaron para la foto.
El domingo perdieron, los que estuvieron presentes dicen que el arbitraje los perjudicó, tres penales en contra en un partido, es al menos bastante extraño. El juego dejó de ser tal y el equipo rival pasó a instancias finales, el fortín se despidió de un buen torneo que no solo para el plantel quedará en el recuerdo, porque ustedes muchachos son campeones, son quienes permiten que el futbol mantenga algo de pureza, son ese ejemplo para los más chicos, el orgullo del Club Bernardino Rivadavia y de todos los que amamos este deporte.
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