Una mujer sufrió un corte en una de sus piernas. Un hombre tropezó y golpeó muy fuerte su hombro contra el piso. Otra mujer se lesionó el tobillo. Problemas para transitar en sillas de ruedas o con bastones.
La inconclusa obra de calle Anchorena dejó como saldo que varias personas se hayan caído y lastimado. La empresa que inició con este proyecto tuvo que paralizar la obra “por razones de fuerza mayor”, eso se traduce en: Les deben cuatro millones de pesos.
En la cuadra comprendida entre Malabia y Darragueira se presentaron los mayores problemas para los peatones. Y paradójicamente la obra se contempló bajo el concepto prioridad peatón, lo que parece una broma porque los peatones son los más perjudicados.
Entre las varias personas, sobre todo mayores, que cayeron al piso en la cuadra mencionada, hubo una señora que sufrió un corte en una de sus piernas y un hombre cayó y se golpeó muy fuerte uno de sus hombros. También, donde colocaron a modo de parche los durmientes del tren, a una mujer le quedó “enganchado” su calzado, se dobló el tobillo y tuvo el mismo destino que el resto de los accidentados: terminó tendida en el piso.
Siguiendo con la cuadra indicada, sobre la acera par, hay un sector al que no le colocaron las baldosas. Allí se puede observar con claridad que la base donde luego se “pegarán” las baldosas está rajada, presenta grietas. Además del desnivel que genera e invita a tropezar a todo desprevenido hay hierros que sobresalen y realmente son muy peligrosos. Algunos de los caños de pvc para desagotar las viviendas o comercios están dañados o abollados.
Las autoridades municipales deben dar una pronta solución a los fines de evitar que los ciudadanos sigan lastimándose y para prevenir accidentes con consecuencias aún peores que las descriptas en esta nota.
Al colocar la rejilla sobre los nuevos canales de escurrimiento de agua se generó una especie de doble cordón que perjudica a quienes tienen dificultades para movilizarse ya sea con una silla de ruedas o con un bastón. O adultos mayores que tienen sus movimientos un poco más limitados. Lo mismo les ocurre a las madres y padres que salen con los cochecitos para llevar a sus bebés.
Como sabemos, la obra inició en la cuadra que va desde Santa María de Oro hasta Malabia. Una vez que colocaron los adoquines, continuaron con la cuadra “de la Iglesia”. Y posteriormente iniciaron el recambio de veredas entre Malabia y Darragueira y en ese punto la obra se frenó.
En las cuadras ya terminadas (que en realidad presentan muchos detalles a terminar y deficiencias) las bajadas para los autos ya están dañadas y se pueden observar los hierros.
Por si fuera poco, quedaron obstruidas las rampas para discapacitados.
Así como la empresa exige que el gobierno les pague el dinero que les corresponde, las autoridades deben velar por la seguridad y la integridad de los ciudadanos y por lo tanto tienen que concentrar los esfuerzos en que la obra se termine bien sin que queden al descubierto los peligros detallados. No puede ser, como ya ocurrió, que un vecino tenga que agarrar una masa para, de noche, ir a doblar los hierros que sobresalen a mitad de cuadra y en las esquinas así las personas no se lastiman.
Publicado por La Autentica Opinión (19-01-18)
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