No dejan de suscitar controversias entre los vecinos las reformas efectuadas en las tres cuadras de calle Anchorena. El faltante de las baldosas todavía no ha sido solucionado, en la esquina del templo parroquial Santiago Apóstol, continúan los durmientes que, colocados «provisoriamente», ya llevan varios meses en el lugar; sin solucionarse todavía otros aspectos, ocurrió algo que muchos habían anunciado.
Se sostiene que las rejas que se colocaron no son las que debieran haberse proyectado, se las estima demasiado débiles y quienes esto argumentan muestran como prueba que en varios lugares, ya está hundido el enrejado que aparece como débil ante el peso que eventualmente debe soportar.
Como para dar razón a estos argumentos, hace pocas horas, en la esquina de Fray Justo Santa María de Oro y Anchorena, una de las rejas, la semicircular que se colocó en la esquina, frente a la confitería «Pelecho», se salió de sus anclajes y ahora quedó el hueco esperando la reparación.

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