El 22 de Julio de 1894, en Francia, entre Paris y Rouen se llevó a cabo la primera carrera de automóviles de la historia. En 1887 se había hecho el primer intento, pero solo se inscribió un vehículo, Georges Bouton era el único propietario en varios kilómetros a la redonda, por lo que se postergó hasta que mas personas accedieran a este nuevo lujo. A principios de 1894 se realizó un nuevo intento, esta vez impulsado por el periódico «Le Petit Journal», se abrió la inscripción para todo tipo de vehículos que no tuvieran tracción a sangre, se permitían a vapor, eléctricos o combustión interna, tampoco había restricciones en el uso por lo que se inscribieron automóviles, triciclos y máquinas agrícolas, la única condición era que tuviera cuatro plazas. Se inscribieron 102 participantes, para reducir el número de competidores debían demostrar que podían superar los 12 km/h, solo 21 vehículos cumplieron con el requisito. El 22 de Julio el periodista Pierre Giffard en representación del diario estuvo a cargo del evento, los vehículos debían partir con 4 ocupantes, el dueño, el conductor y dos oficiales de la prueba que controlaría el cumplimiento de las escasas reglas, se sorteó el orden de largada y partieron uno cada 15 segundos, los 21 participantes debían cubrir los 127 Km que hay desde Paris hasta Rouen. Luego de 5 Hs y 40 Min, llegó el primer participante, un tractor a vapor conducido por Conde Alberto de Dion, pero ni bien llegó fue descalificado por que en el camino solicitaron la ayuda de un fogonero, por ello se aguardaba la llegada del que debería ser el ganador, 5 minutos después arribó Albert Lemeitre a bordo de un Peugeot alimentado por gasolina con el número 65, en segundo lugar llegó otro Peugeot conducido por Auguste Doriot y el tercer lugar fue para Paul Panhard a bordo de un automóvil construido por él mismo, un Panhard et Levassor. A la hora de los premios también se otorgaron puntos por confiabilidad, maniobrabilidad y confort, por lo que el premio de 5 mil francos fue compartido entre Albert Lemeitre y Paul Panhard, el Conde Alberto de Dion, a pesar de haber sido descalificado recibió el premio de 2 mil francos a la confiabilidad, en agradecimiento organizó una fiesta esa misma noche para todos los participantes. El mismo Conde Alberto de Dion se hizo cargo de la organización de la carrera del año siguiente, nacían los 1.200 Km Paris Burdeos.

El 22 de Julio de 1928, cuando se disponía a asumir la vicepresidencia de la nación, con solo 51 años de edad moría un político ejemplar y honesto, ese día se apagaba prematuramente la vida de Francisco Beiró. Nació el 19 de Septiembre de 1876 en Rosario del Tala, provincia de Entre Ríos cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio del Uruguay de Concepción del Uruguay para luego trasladarse a Buenos Aires a estudiar abogacía en la UBA. En 1901 se doctoró en Derecho, instalado en el barrio de Villa Devoto, comenzó a interesarse en la política como herramienta de cambio. Participó en la creación del Club Estudiantes de Buenos Aires que en esa época se llamaba Sportivo Devoto, hombre sencillo pero emprendedor, fue ascendiendo en el escalafón de cargos públicos a base de eficiencia y honestidad. Fue Comisionado Municipal y Presidente de la Comisión Municipal de Vecinos, ya dentro del espacio del partido Radical fue Intendente Interino de la Capital y Diputado Nacional en el período 1918 a 1922. Durante la primera presidencia de Hipólito Irigoyen fue designado Ministro del Interior, su idoneidad y desempeño lo llevaron a ser elegido para acompañar a Hipólito Irigoyen en la formula presidencial para las elecciones de 1928. Impulsor del uso de las boinas blancas, Beiró fue el cimiento del éxito abrumador en las elecciones que llevaron a la fórmula “ Irigoyen-Beiró” a la presidencia de la nación duplicando los votos de sus competidores “Melo-Gallo”. Antes de asumir, Beiró enfermó, Irigoyen se alejó de sus actividades políticas para acompañar a su amigo y compañero de fórmula, sin embargo Beiró falleció el 22 de Julio de 1928 sin poder asumir el cargo para el que fue electo. En su testamento solo figuraba la casa de José Luís Cantilo esquina Marcos Paz en Villa Devoto, la misma que poseía cuando comenzó a ejercer cargos públicos.

BTI
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